Pedaladas solidarias

Saben lo que es padecer un cáncer. Y lo que hay que luchar para superarlo. Por ello, conscientes de su crueldad y de la difícil situación que atraviesan las numerosas personas que lo sufren, no conciben quedarse parados. José Carlos Gracia y Jorge de Vicente, miembros de la asociación 'Day by day' de Zaragoza, comienzan este miércoles un viaje solidario en bicicleta que les llevará pedaleando desde Roma hasta la capital aragonesa, pasando, entre tanto, por Santiago de Compostela.

«El objetivo es recaudar fondos para que los niños zaragozanos que necesitan desplazarse a Barcelona para recibir un tratamiento oncológico específico puedan hacerlo», explica Jorge de Vicente, quien, a sus 34 años y tras superar en 2010 un cáncer de testículos, apuesta por aprovechar al máximo cada minuto del día: «No valen excusas. Muchos no pueden. Otros, desgraciadamente, ya nunca podrán».

Así, con este espíritu, inician una aventura en solitario, sin ningún tipo de ayuda externa. «Vamos con lo puesto: nuestras bicis y sus respectivas alforjas», señala José Carlos Gracia, artífice de la iniciativa. «Me lo propuso y no me lo pensé dos veces», apunta De Vicente, consciente de que «no todos tienen los recursos necesarios para hacer frente a la enfermedad».

En total, completarán 3.400 kilómetros, una hazaña que esperan concluir el domingo 4 de septiembre en la plaza del Pilar. Hasta entonces, pedalearán a diario entre 100 y 250 kilómetros, una entrega personal que contará con un apoyo extra, tal y como asegura el propio Gracia: «Los rostros de los niños nos darán fuerza en los momentos de flaqueza».

Financiación

Desde que dieran a conocer su propuesta, los apoyos se han ido sucediendo. Entre ellos está la aportación que realiza el equipo ciclista máster Asesores de Navarra, que donará a la causa 10 céntimos por kilómetro recorrido. Además, BH, prestigioso fabricante de bicicletas vasco, ha donado dos cuadros, que se sortearán en una rifa benéfica.

Por su parte, la Fundación Telefónica ha proporcionado un ordenador y conexión a Internet para que la experiencia pueda ser contada jornada a jornada a través de la red, mientras que, por ejemplo, Pirineo en Ruta ha financiado el alojamiento de los corredores a su paso por Jaca. A todo ello hay que sumar las aportaciones de gente anónima, que van desde cantidades en metálico hasta las cubiertas necesarias para completar el recorrido.

Ilusión y cautela

A pesar de encontrarse en plena forma, Jorge de Vicente, que se gana la vida como monitor de gimnasio, se muestra cauto ante un reto de estas dimensiones: «Lo afronto con respeto. Van a ser muchas etapas, lo que podría ser un Giro o un Tour, con una bici que pesará más de lo normal».

Sin embargo, no se plantea otra cosa que no sea un exitoso final, algo para lo que, según indica, parten con algo ganado: «Salir del bache y ganar la batalla no es fácil. Tenemos ese espíritu luchador». «Habrá que sufrir, aunque el fin bien merece la pena», puntualiza su compañero, ansioso de echar a rodar.

Cada kilómetro tendrá un valor especial. Los protagonistas, que en su día lucharon en el hospital, lo harán ahora desde el asfalto en nombre de todos aquellos que, para salir adelante, necesitan ayuda. Todo por aportar un granito de arena que brinde a estas personas una segunda oportunidad, una ocasión que ellos tuvieron y que no quieren dejar pasar.