cascada de salenques

Una joya en el Pirineo oriental

Salenques es el valle más nororiental del Pirineo aragonés. Su salvaje recorrido permite un resquicio para el paseante, descubriéndonos rincones fascinantes por los que el agua va esculpiendo con su cincel estos parajes. El camino se ve salpicado por margaritas, escabiosas, dedaleras y fresones.

Estación de aforo del Salenques vista desde su puente homónimo. prames
Una joya en el Pirineo oriental
PRAMES

Junto el lado izquierdo del puente de Salenques/d’Ixalenques (1.455 m.) se inicia una senda que asciende paralela al abundante cauce del río del mismo nombre. El camino está balizado y a veces hay colocados unos oportunos mojones. Pasamos por una zona agreste, ganando desnivel pausadamente. Entramos en un hayedo joven, aunque también abundan ejemplares de gran tamaño.


El camino se ve salpicado por margaritas, escabiosas, dedaleras y los exquisitos fresones silvestres. Superada una torrentera, contemplamos el río Salenques cómo se precipita en pequeños saltos. A la derecha un haya gigante, pero muy torcida, queda cercana. Sin ninguna dificultad, cruzamos un barranco (1.570 m.) que desciende de la Fontana de Senet. Admiramos otra enorme haya, ahora a la izquierda. Salvado un arroyo cubierto por helechos, entramos en un claro conocido por Palanca Llarga, desde donde admiramos las montañas del otro lado, el tozal del Home y el Cap de los Unyens.


Tras este sosegado lugar, reemprendemos la subida mediante un repecho, pasando junto a un haya de forma caprichosa. Cruzamos el barranco de la Cometa (1.615 m), que cae en pequeña cascada. Tras pasar por un pinar joven, entramos en un nuevo hayedo. Los restos de un alud impresionan por los destrozos que hizo en su día. Atravesamos dos arroyos y continuamos por el bosque caducifolio.


Avanzamos muy próximos al río Salenques, donde volvemos a una zona destrozada por un alud. La barranquera que nace de la colladeta de la Tallada, con grandes bloques rocosos en su lecho, es salvada a 1.650 m. de altitud. Al mismo tiempo, contemplamos una vistosa cascada en el barranco de Estany Fé, una vez fusionado con el de Angliós. Entramos en la pleta del Racó, donde corre un arroyuelo. Giramos un poco al noroeste para apreciar, en la cota 1.700 m. y a la izquierda, una pequeña cascada. Cuando alcanzamos los 1.735 m. de altitud nos vemos asombrados por el grandioso espectáculo de la cascada de Salenques, en un anfiteatro de singular belleza natural.


Compensado el esfuerzo realizado por este olvidado rincón aragonés, iniciamos el regreso. Éste lo realizamos, en un primer tramo, por itinerario ya conocido hasta cruzar el bravío río Salenques por la palanca del Racó (1.630 m.), situada a 300 m. aguas abajo de la unión con el barranco de Estany Fé. Este rudimentario puente, formado por tres troncos, nos permite pasar a la orilla derecha y volver por el mismo valle, pero con distinta perspectiva. Atravesamos ahora un prado en un pequeño llano, entrando después por un frondoso hayedo que va a ser nuestro acompañante hasta el final de la travesía. Entre los principales elementos de interés en esta última parte del recorrido reseñamos una enorme piedra, a la derecha del sendero, que podría servir de abrigo en caso de mal tiempo. Unos pinos anuncian el punto final de la vuelta en el moderno puente de Salenques.