DE FIESTA

Reyes de la pista en cuatro pasos

En la discoteca latina o en la verbena, saber bailar garantiza ser el centro de las miradas, o al menos, pasar un rato divertido.

Pilar Campos y Albeiro Marín, profesores de la Asociación Aragonesa de Bailes de Salón
Reyes de la pista en cuatro pasos
ASIER ALCORTA

La música suena por los altavoces. 'La rabiosa' de Shakira o alguna ranchera de Rocío Durcal versionada por la orquesta de turno. Y usted se paraliza. Sus pies no se mueven, y si lo hacen, es sin ningún ritmo. Las miradas se dirigen a usted pero la coordinación no llega. ¿Ha vivido alguna vez esta escena de pesadilla y se ha sentido fatal? Entonces, necesita seguir el curso que le ofrecen 'De verano' y los profesores Albeiro Marín y Pilar Campos para convertirse en 'rey o reina de la pista en cuatro sencillos pasos'.


Elegimos el merengue, por ser la música que suena lo mismo en pubs y discotecas que en fiestas patronales, y que podremos adaptar tanto a canciones de moda -la citada Shakira, Carlos Baute o Ricky Martin se tiran al merengue en sus últimas canciones- como a otros ritmos más suaves.


«El secreto está en la cadera», dice Albeiro, así que lo primero es, como si de una clase de aerobic se tratara, de menear la cintura arriba y abajo al ritmo de la música «como si hiciéramos bicicleta». Después, claro, movemos los pies de izquierda a derecha y adelante y atrás, para que no parezcamos Paquillo Fernández entrenando para los 20 kilómetros marcha. Y todo, con un poco de 'swing', «sexy», que dice nuestro profesor. Para las chicas, Pilar recuerda que los tacones «no son imprescindibles» pero ayudan a darle ese aire sensual o al menos, a colocar la punta antes del tacón.


Ahora, agárrense que vienen curvas: el rulo (la chica pasa alrededor del chico), por debajo (como si jugáramos al twister, pero con cierto orden) y el cristo (que sí, lo han adivinado, se trata de quedarse, en un momento dado, de espaldas a la pareja y con los brazos en cruz) son las vueltas más 'sencillas'.


Si a estas alturas ha conseguido seguir el ritmo -leerlo es difícil, pero en YouTube puede encontrar muchos tutoriales de diferentes estilos- es hora de darle al 'play', pues se ha convertido usted en un perfecto bailarín. Y si necesita una clase avanzada para soltarse un poco más, en numerosas discotecas o terrazas -sin ir más lejos, Pilar y Albeiro participan en las animaciones de la terraza del Parque Bar, en el parque José Antonio Labordeta todos los sábados del verano- encontará quien le guíe en sus pasos de baile.


Se trata de vanidad -¿quién no querría quedar bien en la próxima boda?- pero también de terapia. Y no solo porque en una hora de baile se quemen más calorías que en una de caminata, sino porque el baile, como la bebida energética, revitaliza cuerpo y mente y puede ayudar a personas que atraviesan fases de depresión.


Albeiro confiesa que prefiere «enseñar a gente de un nivel más básico, porque enseguida se dan cuenta de que pueden aprender y te lo agradecen mucho». Estos dos profesores de la Asociación Aragonesa de Bailes de Salón, donde se dan clases de danza oriental, sevillanas, tango o bailes latinos, hacen suya la premisa de «bailar como si nadie te estuviera mirando». «Hay quien baila muy bien y no se divierte, y quien sin bailar muy bien, se lo pasa en grande». De eso se trata.