CINCO DÍAS DE FIESTA

Chipiadicos ante Santo Domingo

Lécera comienza sus celebraciones patronales con un chupinazo a remojo y un pasacalles de carrozas y cabezudos.

Los más pequeños disfrutaron de los cabezudos.
Chipiadicos ante Santo Domingo
GUILLERMO MESTRE

«Unamos nuestras voces para gritar: viva las fiestas de Santo Domingo de Guzmán». Con esta frase del pregonero, Jaime Cinca, comenzaron ayer 5 días de festejos en la localidad de Lécera. En la plaza del ayuntamiento los vecinos esperaban el sonido del chupinazo para comenzar una de las tradiciones más populares: la batalla de agua entre carrozas.


El objetivo era que nadie quedase 'sano' a pie de calle. Pequeños y grandes vivían la emoción de la fiesta y trataban de mojar a todo hijo de vecino. «Queremos pasarlo en grande y sobre todo que la gente llegue chipiada a casa», reía Berta Bartolí, de 21 años, mientras llenaba dos cubos con el agua de la fuente.


Solo había un sitio en donde se estaba a salvo. «La única norma que tenemos es la de respetar la carroza de las reinas, porque van muy guapas y no vamos a mojarlas», explicaba Ana Sabater, de 17 años, y de la peña El Desloke. Por eso más de uno se arrimaba a la zona segura, como era el caso de Pilar Mercadel, de 61 años, que aseguraba no querer terminar «bañadica». A su lado, también estaban Ana Ansón, de 37 años, e Isabel Aznar, de 61 años, madre e hija, que mostraban al pequeño Iker, de tan solo 2 años, lo que eran las fiestas de Lécera. «Es la primera vez que ve este espectáculo y está sorprendido», aseguraba su madre, Ana.


No era para menos. Por unas horas, en Lécera se vivió una verdadera batalla campal del remojón. «Además de los participantes en el desfile de carrozas, durante el recorrido la gente saca mangueras por los patios o tiran cubos de agua desde los balcones», señalaban Natalia Calvete y María Pilar Alonso, ambas de 27 años.


Lo que estaba claro es que había que estar más que preparado para hacer frente a los globos y a las pistolas de agua. La ropa de la peña era el mejor uniforme y si además se contaba con un remolque con cubas de agua, como hacían los chavales de la peña El Kolocón, la victoria estaba asegurada.


Tras este pistoletazo de salida, y como pidió los leceranos tienen la obligación de salir a la calle a disfrutar del programa de actos. Las fiestas continúan hasta el domingo y hoy, día del santo, es la jornada más importante.