TURISMO RURAL

Queremos estar solos

En ocasiones conviene, o apetece, olvidarse del bullicio en vacaciones. Olvidarse de playas repletas y celebraciones masivas y entregarse a la paz de una cala perdida. O de un pueblo abandonado.


Entre todos los apasionados de estos espacios y los que se esfuerzan porque, aunque hayan caído en el abandono, no caigan en el olvido, se encuentra Faustino Calderón, autor de 'Pueblos deshabitados'(lospueblosdeshabitados.blogspot.com), una bitácora en la que recorre los parajes más insospechados y perdidos de nuestro país. Rincones rurales y quizás con encanto pero, por un motivo o por otro, deshabitados e inhabitables. Estampas, las que retrata Calderón en sus viajes, con algo de tristeza, pero sobre todo con muchas historias que contar.


Pueblos desde Zaragoza hasta Almería, desde Burgos hasta Castellón, todos ellos con nombres de otro tiempo y relatos encerrados en sus muros que empiezan a confundirse con la naturaleza.


El autor también publica en este espacio, que tiene mucho más que ver con lo emocional que con lo periodístico, charlas con algunos cronistas que en algún momento han hablado de esa raigambre rural tan nuestra. Uno de ellos es Abel Hernández, natural de Sarnago (Soria) y durante muchos años periodista político. Él escribió la biografía de Adolfo Suárez... y la del pueblo en el que nació, hoy abandonado, en su 'Historias de la Alcarama'.


La última entrada de la bitácora de Faustino Calderón es, por ejemplo, la correspondiente a Torolluala de Obico, un pueblo que ni siquiera es tal -cuatro casas lo forman- situado a 76 kilómetros de Huesca y abandonado por la última familia que allí vivía en 1965. Y rodeado, a juzgar por las fotos, por un paraje alucinante, recóndito y pacífico. No todo van a ser verbenas; de vez en cuando hay que volver a casa.