DESARROLLO SOSTENIBLE

Cuando el diseño aprende de la naturaleza

La araña teje su red con agua, foto de archivo.
La araña teje su red con agua
HERALDO

El hilo de araña se elabora por el propio insecto, usando agua y el calor de su cuerpo. Con estos elementos tan simples se fabrica un producto muy resistente, que el diseño humano no ha sido capaz de alcanzar. «Desde siempre, la naturaleza ha sido fuente de inspiración para el hombre», afirma Ignacio López, organizador de la III Semana del Diseño en la Escuela de Ingeniería Técnica EUITIZ, que se celebró del 15 al 17 de marzo, y que en esta edición se convocaba bajo el lema 'Diseño y naturaleza'. Media docena de ponentes trataron aspectos «tanto relacionados con metodologías y formas de trabajo en diseño como aspectos más conceptuales y metafóricos en relación con la naturaleza y el respeto por ella», explicaba López, que destacó también la buena acogida entre los alumnos, que llenaron las charlas y los talleres.


APRENDER, NO DOMINAR

«Históricamente, ha existido una corriente en diseño en la que se imitaba a la naturaleza desde un punto de vista funcional, pero buscando dominarla, buscando intervenir en el medio ambiente para controlarlo, y el diseño era una herramienta orientada hacia ese objetivo», afirmó Raquel Pelta, ponente en estas jornadas e historiadora del diseño y profesora de la Universidad de Barcelona.


En estos días, por si lo habíamos olvidado, se ha puesto de manifiesto que «la naturaleza es incontrolable, así que lo que tenemos que aprender es cómo funciona», señala Pelta. En este aprendizaje la primera constatacion es que «la vida es un ciclo, lo que se enfrenta a la concepción lineal con la que antes se pensaban los productos», explica la experta. Para integrar esa concepción cíclica de nacer y morir, destruir y crear, surgió el movimiento 'De la cuna a la cuna', de Michael Braungart y William McDonough, que se inspira en la naturaleza para buscar la sostenibilidad, con productos de balance cero en su impacto ecológico. «Es una filosofía mucho más optimista que otros discursos medioambientales que son catastrofistas o muy utópicos», concluía Pelta.


El zaragozano Javier Mateos fue otro de los ponentes, con una taller de bioestrategias y una conferencia sobre 'El gamberro intelectual'. Desde su empresa Aleen, desarrolla proyectos basados en el concepto de bioestrategia. Podría decirse que en la naturaleza constantemente se desarrollan diversas líneas, de las que unas fructifican y otras no. La selección de las especies sería un ejemplo. El que haya una multiplicidad de creaciones hace que se pueda experimentar, conocer muchas alternativas, y que surjan cosas inesperadas.


LO QUE NADIE HA PENSADO

Este es el trayecto intelectual, absolutamente original e ingenioso, que ha seguido Mateos. Como él mismo explica: «No generamos productos, sino ideas. Trabajando en lo que nadie ha pensado antes». De esa manera nació un robot de cuerpo blando con aplicaciones submarinas; un proyecto con el suplemento 'Tercer Milenio', de HERALDO, que tuvo su origen en un concurso infantil de aparatos imaginarios que un grupo multidisciplinar de expertos convertía en productos reales.


Esta claro que la naturaleza utiliza la estragia de prueba-error, pero Mateos lamenta que «la ciencia de hoy es demasiado racionalista, niega toda especulación previa». «Nosotros partimos de la imaginación y exploramos todas las posibilidades. Todo lo que imaginemos somos capaces de alcanzarlo si generamos un número suficiente de combinaciones; y, mientras, habremos abierto caminos muy interesantes», concluye.


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