Las plantas van apareciendo en este tipo de ecosistemas por pisos vegetativos, según su grado de tolerancia a la salinidad. En este conjunto lagunar concreto, el gradiente, es decir, el tramo en el que aparecen de modo sucesivo esas especies, es tan sumamente estrecho que lo convierte en una singularidad única en el mundo que es otra de las razones que le han valido a estas saladas ser declaradas humedales de la lista Ramsar.

En la salada del Pueyo ese transepto es de apenas un metro, una vitrina natural para observar especies que normalmente se encuentran distanciadas por muchos metros. En la parte más cercana a la cubeta aparece el limonium, que asienta su roseta basal, con sus hojas agrupadas como si fuesen pétalos, mientas apenas un poco más arriba, aparece el esparto o albardín. El limonium tiene la propiedad de asentar el suelo y evitar la erosión, pues ella misma va generando un sustrato que coloca sobre sus hojas. Cualquier variación en este ecosistema, tan milimétricamente organizado pueda suponer la desaparación de estas especies y de todo el hábitat que sustentan.

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