RUSIA Y VENEZUELA

'Misiones', clínicas y 'ratoneras'

Tradicionalmente el sistema de salud venezolano ha sido bastante deficiente. Eso ha creado una tendencia general de rechazo.

Tradicionalmente el sistema de salud venezolano ha sido bastante deficiente. Eso ha creado una tendencia general de rechazo. Es cierto que en los últimos años se han creado diversas organizaciones públicas denominadas ‘misiones’ que se encargan de paliar las carencias del sistema y que básicamente constituyen un sistema sanitario alternativo más cercano y sin burocracia. Gracias a la ‘Misión Barrio Adentro’ se ha podido mejorar el sistema con nuevos centros de atención primaria bien equipados y con doctores cubanos, cuyo sueldo no es tan alto como el de los facultativos venezolanos, que en su mayoría, no muestran interés en ellos. Están realizando una buena labor que comienza a cambiar la negativa percepción venezolana de su sistema sanitario.


Potenciada por un sistema de salud deficiente desde hace muchos lustros la homeopatía en Venezuela tiene más peso que en Aragón. Las carencias sanitarias obligaron a la población a encontrar remedios efectivos contra dolencias y enfermedades. Debido a ello hoy se encuentran dos tipos de homeopatías muy diferentes. El más moderno se basa en los conocimientos de países europeos y norteamericanos con buena acogida entre las clases más altas de la sociedad que incluso combina esta práctica con la acupuntura. Es más frecuente en las grandes ciudades, especialmente en Caracas y Valencia. Muestra del auge de este tipo de tendencia es el caso de un famoso homeópata en Cubiro que cuenta con una clínica privada únicamente de homeopatía con capacidad para ingresar a los numerosos pacientes que por allí aparecen.


Existe otro tipo de homeopatía más común que la anterior para las clases bajas y rurales. Mantiene relación con las artes chamánicas fruto del conocimiento de la naturaleza y el cuerpo humano desde tiempos inmemoriales, tanto de pueblos indígenas como de los africanos traídos para trabajar como esclavos. Hay comercios que los venezolanos llaman coloquialmente ‘ratoneras’, porque en ellos, dicen con su perenne tono jocoso, se encuentran más ratones que productos, en los que se pueden adquirir todo tipo de ungüentos naturales para prevenir y curar dolencias y enfermedades.


Esta última práctica guarda en parte un origen similar con la demostración espiritual que se realiza en el Monte Sorte, que viene a ser como el Moncayo de la zona y que se lleva a cabo el día del Pilar, denominado aquí el Día de la Resistencia Indígena. Ese día se reúnen miles de personas para, en trance, hablar con espíritus. Y se pueden ver actos extraordinarios como morder brasas incandescentes, cortarse con machetes sin sangrar, caminar sobre cristales sin aparente dolor, etc. Pero eso ya es otra historia y tendrá que esperar a otra semana…