IRLANDA

Ya estoy acostumbrada a no encontrar vinos de mi tierra

Ya estoy acostumbrada a no encontrar vinos de mi tierra, pero nunca está de más preguntar.

Muy a mi pesar, el vino aragonés apenas es conocido en Irlanda. Los vinos españoles más conocidos son los de la marca Torres. Las denominaciones de Rioja y Ribera de Duero están por todos las tiendas, bares y restaurantes. Eso sí, no solo España vende vino aquí, sino que tiene que competir cor Italia, Alemania, Chile, Argentina, África del Sur, Australia y Nueva Zelanda entre otros. Irlanda no produce vino que yo sepa. Tenemos bastante con cervezas, whiskeys y cremas irlandesas.


Y es que en Irlanda, gracias a las vacaciones en España e Italia, se ha pasado de tener establecimientos en los que exclusivamente se bebe cerveza a la aparición de bares exclusivamente dedicados al vinos. Aqui los vinos se conocen menos por las marcas y mas por la variedad de uva. Por ejemplo, si vas a un restaurante y preguntas cual es el vino de la casa, te diran que de tinto tienen un Merlot de Chile y de blanco un Cabernet Sauvignon de Australia.


La marca de supermercados Tesco vende un vino de embotellado propio del campo de Borja que llaman 'Castillo del Reino de Aragón'. La última vez que lo compré (por que otro vino no compraré, pero por el aprecio a la tierra hay que hacerlo) pagué unos 5 o 6 euros. Esto es un vino barato. Un San Valentín de Torres o un Marqués de Cáceres puede costar algo mas de 12 euros.


Ya estoy acostumbrada a no encontrar vinos de mi tierra, pero nunca está de más preguntar. El otro día estuve de celebración con unas compañeras y nos fuimos a un bar de vinos. Al verme muy interesada en la carta de vinos, el camarero me preguntó qué queriamos. Le dije que ellos no tenían lo que yo quería. Él, muy profesional, me contestó que ellos tenían más de 1.000 botellas de vino entre las que elegir. Muy orgullosa de mi tierra, yo le pedí una botella de vino blanco del Somontano.. En un español a medias, me contó que había pasado seis meses en el País Vasco, pero que no había oído hablar de esos vinos (lo cual no me extrañó), pero que le iba a preguntar a su jefe.


A los dos minutos, el jefe volvió con una botella de Pirineos del Somontano. Nos explicó que ese tipo de uva tiene un sabor especial y que solo crece en determinadas regiones con un clima muy específico. Yo me puse tan contenta que mis compañeras no pusieron ningun problema en abrir la botella que nos costo 26 euros (16 euros la botella y otros 10 por abrirla, ya que no era del menú habitual). Menos mal que la melopea que cogimos nos hizo olvidar el precio de la botella del vino de mi tierra.