El toreo y las ganaderías tienen aún un peso significativo en la actividad económica aragonesa. Se alimentan con el dinero del aficionado y también con fondos públicos, ya sea vía contratación o subvenciones.

Los festejos taurinos están gravados con un impuesto mayor que otros espectáculos, con un IVA del 18%.

El número de festejos que se celebraron en Aragón el pasado 2009 descendió sensiblemente, aunque siguen siendo muchos. Los llamados festejos mayores (corridas de toros, novilladas con y sin picadores y corridas de rejones) fueron 88 y los menores (vaquillas) sumaron un total de 1.125. Por provincias, Teruel y Zaragoza vivieron el grueso de las corridas y novilladas, con 40 cada una, mientras que en Huesca solo tuvieron lugar 8. En cuanto a las vaquillas, hubo 692 festejos en Zargoza, 412 en Teruel y 21 en Huesca.

Los abonados también han disminuido considerablemente desde hace algunos años, más que los aficionados. En los círculos taurinos se tiene la esperanza de que la prohibición de las corridas en Cataluña, lejos de tener un efecto 'rebote' que aliente una medida similar en Aragón, propicie que en esta comunidad se celebren algunos de los festejos mayores que ya no tendrán lugar en la vecina a partir del 1 de enero de 2012.

La proximidad propiciaría que los aficionados catalanes pudieran desplazarse hasta nuestra comunidad si se ofrecen carteles de calidad. Geográficamente, la plaza de toros de Zaragoza es el ruedo español de primera categoría que más cerca queda de la Ciudad Condal, ya que la plaza de toros de Castellón es de segunda categoría.

Nuevas expectativas aparte, el negocio taurino está garantizado en Aragón con los festejos populares, que, aunque también van a menos, mantienen todavía una extraordinaria pujanza en muchos pueblos de toda la comunidad.