Ambiguo apoyo a las energías renovables

La ley anuncia una apuesta por las energías renovables pero mantiene las ayudas al carbón y las nucleares
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HERALDO

Parece que la ley está preocupada por disminuir la dependencia energética exterior y busca fuentes alternativas, como las renovables. En este sentido, el proyecto legislativo anuncia un impulso a estas energías como un sector de crecimiento económico y una oportunidad para España de tomar ventaja frente a otros países, desarrollando la investigación en este campo cuya tecnología todavía está madurando. La ley habla de un sistema de primas, que no se concretan, para la innovación en esta materia. Sin embargo, el economista Santiago Coello, consejero de Ecología y Desarrollo, dice que "la realidad es que, en este momento, las energías renovables están paralizadas en cuanto a las inversiones empresariales por los requisitos para la preinscripción que ha puesto en marcha el Ministerio de Industria, junto con la falta de definición de las nuevas primas a partir de 2013". "En la práctica, el Gobierno no quiere más peso de las energías renovables", afirma este economista.


Sara Pizzinato, responsable de la campaña de energías de Greenpeace, ve incoherente hablar de sostenibilidad cuando la ley establece ayudas al carbón y la prolongación de la vida de las nucleares hasta 40 años. Además, señala la ecologista, "el concepto de eficiencia energética no es un objetivo vinculante en esta ley". Aunque, como medida ejemplarizante, se marcan objetivos para la Administración del Estado de un 20% de ahorro energético para 2016.


"La LES, en cuanto energía, no representa un cambio de rumbo", según Sabina Scarpellini, quien estima que lo mejor sería "buscar el ahorro energético, no solo en el consumo, sino igualmente en la generación: la energía más sostenible es la que no se produce cuando no hace falta". Y en cuanto a la medición de los avances conseguidos por la LES hacia la sostenibilidad, queda pendiente solucionar el tema de los indicadores: la reducción de la intensidad energética es importante, pero no suficiente. No obstante, la investigadora señala que "es prematuro evaluar su impacto, no se puede saber qué pasará hasta que no se apruebe la Ley de Energías Renovables y Eficiencia Energética", prevista para el segundo semestre de este año.


OBJETIVOS POCO AMBICIOSOS

Las medidas energéticas recuperan el 20-20-20 (20% de reducción de emisiones, 20% de generación eléctrica por energías renovables para el año 2020) de la UE. Pizzinato encuentra también "raquíticos" los objetivos de reducción de emisiones. "Se propone una rebaja del 15% de las emisiones sobre los niveles de 2005, que son un 30% más de los de 1990, cuando Kioto solo permitía a España un 15% de emisiones más", denuncia. La ley crea un fondo público para la compra de derechos de emisiones de carbono, que permitirá a las empresas obtener mejores precios.


Esto, unido a que el único beneficio que obtiene la empresa que se esfuerce en reducir sus emisiones es una consideración favorable en la contratación pública, le hace decir al jurista José Luis Bermejo que son medidas insuficientes: "Sería más efectivo que se premiase de verdad a las compañías que realizasen autocompensaciones mejorando sus procesos productivos para emitir menos", explica. La ley, pues, no programa incentivos sustanciales para las empresas, por lo que se teme que tengan poco efecto, en un momento, además, en que la crisis va a hacer que se abaraten mucho los derechos de emisión, pues al producirse menos, a muchas empresas le va a sobrar cuota.