VALDEJALÓN

El agua también tiene Ojos

Desde 2006, la CHE ha invertido 215.000 euros en la recuperación de los Ojos de Pontil, humedal de Rueda de Jalón que se encontraba en estado de abandono. El objetivo del proyecto es conservar el espacio natural.

Vista de los Ojos de Pontil, humedal ubicado en Rueda de Jalón.
El agua también tiene Ojos
CHE

Quien haya visto cómo se encontraban hace años los Ojos de Pontil y los visite ahora seguramente se quedará sorprendido. Tanto que se frotará los suyos. El proyecto para recuperar el humedal ubicado en Rueda de Jalón ha dado sus frutos. Atrás quedan los tiempos en los que la zona evidenciaba un grave deterioro, a los niños no les dejaban acceder al lugar por el riesgo que entrañaba e incluso era el destino de basura y escombros.

 

Desde 2006, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha invertido 215.000 euros en la restauración y conservación de los Ojos. Antes, en 2000, el Ayuntamiento empezó a poner cartas en el asunto y a pedir ayudas. La CHE participa en estrecha colaboración con la Asociación de Defensa del Medio Ambiente (ADM) Ojos de Pontil, la comunidad de regantes de Rueda de Jalón y el Consistorio.

 

Como explica la CHE, un humedal es un ecosistema fundamental en la conservación global y el uso sostenible de la biodiversidad. Tiene importantes funciones (como la de regular la fase continental del ciclo hidrológico), valores (recursos biológicos) y atributos (refugio de diversidad biológica). Quizá sea demasiado osado afirmar que el de Rueda de Jalón es el humedal más singular de la Península, pero sí de la cuenca del Ebro. No tanto por su flora y fauna como por la manera en que el agua emerge, removiendo la tierra del fondo, dándole forma de ojo. Así lo asegura Alfonso Calvo, jefe del servicio de estudios medioambientales de la CHE.

 

El experto indica que en los Ojos de Pontil "el agua emerge del Somontano del Moncayo. Al pasar por el subsuelo se calienta y sale muy rápidamente". No le da tiempo a enfriarse y está a una temperatura constante de 22,4 grados, añade. El caudal es de 400 litros por segundo y riega 563 hectáreas.

 

Calvo resalta que los humedales, de los que el pasado martes se celebró el Día Mundial, son "sistemas dinámicos" que tienden a colmatarse; la tierra y los sedimentos rellenan las hondonadas y la vegetación (en las zonas de agua somera reinan el carrizo y la anea) invade los cauces y los senderos. De ahí la necesidad de, una vez recuperados, conservarlos.

 

Se han hecho, por medio de tablones de madera, paseos peatones para poder realizar excursiones y a lo largo de la ruta aparecen carteles explicativos. Desde el perímetro establecido, aunque uno no sea muy observador, comprobará que del agua sale vapor. Eso sí, siempre que la temperatura ambiental y la meteorología lo permitan contemplar. Está prevista la replantación de árboles de ribera, entre ellos algunos que produzcan frutos para animales.

 

Uno de los elementos clave es la alberca. Sirve para el riego y como depuradora o barrera natural de los Ojos, ya que retiene y almacena el agua con nitratos procedente de las acequias, que después sale por un canal. Sus alrededores se han limpiado.

 

Hay partes del humedal "aún salvajes", en palabras de Luis Royo, presidente de la ADM Ojos de Pontil, porque no se ha trabajado a fondo en ellas (se va por partes). No obstante, quienes llevan cuatro años con la iniciativa no pueden ocultar su ilusión cuando ven y comentan in situ los significativos avances.

 

El responsable del servicio de estudios medioambientales de la Confederación estima que los trabajos pueden finalizar en cuatro o cinco años, lo que no implica que el humedal y su entorno no requieran más actuaciones. Las tareas de protección han de mantenerse.

Visitas escolares

El proyecto tiene como objetivo realzar el valor de los Ojos como espacio de ocio. En las visitas, los escolares se entretienen mientras aprenden cosas de la naturaleza con un programa didáctico dirigido a ellos. Y no son pocos los que, si el tiempo acompaña, acuden al humedal a disfrutar de su belleza. El merendero habilitado invita a traerse el bocadillo. Royo lo tiene claro: "Da gusto estar aquí en primavera y en verano". Eso sí, solo van a poner papeleras a la entrada. Así la gente guarda la basura en una bolsa y no hay tentación de dejarla en el humedal.