Vecinos de Tauste llenan de bellotas una zona arrasada por el incendio de agosto

Alrededor de 200 vecinos de Tauste participaron ayer en la siembra de bellotas de encina en una de las áreas afectadas por el incendio de este pasado verano en el Monte Alto de Tauste. Se eligió una zona de 70 hectáreas próxima al refugio de la Caseta del Jabalí, que ha sufrido dos incendios en solo cinco años, lo que hace que la regeneración natural tenga mayor dificultad.

La lluvia, la niebla y el frío de la mañana no pudieron con el entusiasmo de familias enteras. Abuelos, jóvenes y niños subieron al monte dispuestos a ayudar a la naturaleza a recuperar la vegetación que cubría la zona antes del fuego de mitad de agosto. Unas cuatro hectáreas de laderas se dejaron sembradas antes de que la lluvia arreciara y obligara a cobijarse bajo el toldo, que había preparado la organización con un chocolate caliente para recuperar fuerzas después del trabajo.

Un grupo de voluntarios se había encargado de la recogida de las bellotas, unas 6.000, en zonas como Valdecarro o la Gabardilla. Niños y niñas como Candela las fueron metiendo en posición horizontal en pequeños hoyos para que los nuevos árboles puedan nacer en primavera. "He venido porque me gusta el monte y ahora está negro y muy mal. He sembrado cuarenta bellotas", explicaba.

La labor podría tener continuación "el próximo fin de semana, aunque también se valora la posibilidad de entregar bellotas a los niños y que se puedan sembrar en pequeñas macetas para después trasplantar los árboles en el monte", aseguró el concejal de Montes, José Ángel Rivas.

Fernando Berna, uno de los organizadores de la jornada de reforestación, se mostró muy satisfechos de la respuesta popular: "No esperábamos que con un día así la gente no se lo haya pensado y suba a colaborar. Además, de todas las edades, como abuelos con sus nietos, padres o hijos. Estamos muy contentos", dijo.

La iniciativa ha contado con el apoyo a las asociaciones de madres y padres de los centros escolares de Primaria y ESO, la asociación cultural El Patiaz, Voluntarríos, integrantes de Protección Civil de la comarca de Cinco Villas, los agentes de protección de la naturaleza e integrantes de las cuadrillas que se encargan de la limpieza del monte quemado.

El objetivo principal de la iniciativa era concienciar sobre la importancia del medio natural, pero también recordar que nadie olvida lo que sucedió este verano con el incendio que se inició en el campo de maniobras de San Gregorio, por causas que aún no se han hecho públicas, y que calcinó unas 7.000 hectáreas de bosque y matorral, la mitad de ellas fuera de la zona militar.