Las obras de restauración de dos edificios emblemáticos del patrimonio bilbilitano, en los que se van a invertir 2,3 millones de euros, han empezado de forma simultánea. Fernando Alegre, el arquitecto que dirigirá las actuaciones, visitó la semana pasada los claustros de la Colegiata del Santo Sepulcro y del Seminario de Nobles.

Los trabajos en los antiguos claustros serán continuación de una fase anterior ejecutada el pasado año y con la que se consolidó una parte que amenazaba caerse. Ahora ha comenzado "una intervención multidisciplinar", describe el arquitecto, porque "hay que actuar desde los cimientos a la última teja" debido al estado de deterioro general y a que el edificio presenta inestabilidad en algunas estructuras. Es un problema, la humedad, que afecta a toda la construcción así que se construirá un sistema de evacuación de aguas pluviales para proteger muros y pinturas.

Durante un plazo de entre ocho y diez meses y con un presupuesto que supera los 600.000 euros, además de albañiles, aquí trabajarán historiadores y arqueólogos, que en los restos que aparezcan, leerán el pasado de este edificio gótico mudéjar.

Confían en concretar la cronología de esta construcción y en conocer el sistema de drenaje original. En la primera fase se comprobó que un muro exterior era parte de la muralla medieval que rodeó la ciudad. "Es uno de los pocos restos que se conservan de la muralla atribuida al periodo de Pedro IV, y apareció con restos de almenas y de algunas troneras que vamos a recuperar ahora", explicó el director de las obras. Además, se redescubrió un alfarje que había documentado el especialista en arte mudéjar Agustín Sanmiguel. Cubre por completo el techo del ala norte y se va a restaurar junto con las pinturas murales, "que casi milagrosamente se han conservado en las bóvedas del claustro", reconoce Alegre.

Trabajos también "delicados pero más convencionales", son los que se van a acometer en el Seminario de Nobles, un edificio barroco del XVIII ubicado en la avenida de San Juan El Real y que se rehabilita para uso cultural. Se van a recalzar los cimientos afectados por los movimientos del suelo, a restaurar estructuras, fachadas y cubiertas. Se quiere hacer más atractivo este inmueble que, en opinión del arquitecto, transmite "un aire cuartelero y triste", posiblemente por el uso que se le dio como hospital.

El gran patio central, abierto y porticado ayudará a cambiar la imagen y dotará a la ciudad de un espacio al aire libre para citas culturales.