Los niños Guillermo y Nicolás Mallén Ureña, que están pasando las vacaciones en el pueblo con sus abuelos, se escapan al huerto siempre que pueden. Allí, como cuenta su padre Roberto, “lo que les gusta es arrancar las verduras y cavar”. No es raro que aparezcan por casa con un tomate verde o un pepino demasiado pequeño. Sin embargo, su abuelo Ricardo y su tío Agustín observan divertidos las idas y venidas de estos gemelos.

Mientras ellos están ya instalados en Torralba de Ribota (Zaragoza), sus padres Roberto y Macarena siguen con sus trabajos en Madrid. La idea es continuar así una semana más. Después, Macarena se trasladará ya con sus hijos y días más tarde se incorporará Roberto.

En el pueblo están viviendo con sus abuelos maternos (José y Teresa) y dedican los días a ir a la piscina, bajar a la huerta o realizar excursiones por parajes cercanos. La lluvia les ha obligado a permanecer en casa más de lo que a ellos les gusta pero, aún así, han estado jugando con algún amigo para pasar el tiempo.

Para Roberto Mallén, los niños no tienen ningún peligro en el pueblo y ellos, a pesar de la distancia, están tranquilos y confiados. “Sabemos que están bien cuidados y que se divierten mucho”. La pareja, entre tanto, aprovecha también su ausencia para preparar sus nuevas habitaciones en su domicilio madrileño puesto que hasta ahora los niños compartían cuarto.