COMUNIDAD DE CALATAYUD

Los bilbilitanos que trabajan en Zaragoza estrenan una línea especial de autobús

El servicio, impulsado por personas empleadas en los hospitales Miguel Servet y Clínico y que funcionará con horarios adaptados a la jornada laboral, comienza este miércoles.

Ayer comenzaron a venderse los bonos de 20 viajes para una línea de autobús regular de uso especial que de lunes a viernes hará el trayecto entre Calatayud y Zaragoza. Este servicio ha sido solicitado por un grupo de personas que a diario se desplazan con sus vehículos a la capital aragonesa donde tienen el trabajo en jornada de mañana, de 8.00 a 15.00. En su mayoría son profesionales sanitarios y funcionarios de la DGA, pero en la misma situación se encuentran otros trabajadores que cada mañana recorren los 85 kilómetros que separan por autovía las dos ciudades.


Algunos de ellos ya venían compartiendo el viaje, se turnaban para coger el coche, pero querían acabar con la responsabilidad que supone transportar a alguien, además de evitar el riesgo en la carretera. “En invierno, sobre todo, hay niebla, hielo, lluvia, no sabes lo que te puedes encontrar”, dice Pilar, una de las promotoras de la nueva línea regular.

Durante el mes de diciembre contactaron con otros bilbilitanos a los que les podía interesar aparcar el coche, y expusieron su demanda a la empresa Automóviles Zaragoza, que cubre el servicio en autobús entre la capital de la provincia y Calatayud. Convocaron una reunión en la que explicaron los horarios, las paradas y comprobaron cuántas eran finalmente las personas que estaban dispuestas a viajar, porque se necesitaba un mínimo de usuarios para que el servicio saliera adelante.

“Cuando llegas a un 60% de la capacidad del autobús, la línea viene a ser más o menos rentable –señala el gerente de Automóviles Zaragoza-; en un autobús de 50 plazas sería entre la plaza 30 y la 34, pero asumimos el riesgo porque el esfuerzo de mucha gente lo merece”, asegura Carlos Martínez. Además, recuerda que del mismo modo comenzó hace algunos años un servicio en sentido inverso para profesores de los institutos de educación secundaría de Calatayud. Ahora para esa línea laboral existen dos horarios distintos, a las 7.00, a las 8.00 y cuando acaban las clases, a las 13.30 y 14.30. Van entre 30 y 40 usuarios en cada uno de ellos.


“Todos sabemos los precios que lleva el AVE, es imposible para ir todos los días a trabajar y los horarios son totalmente incompatibles, no están pensados para la gente que trabaja”, comenta Pilar. El primer AVE a Zaragoza sale a las 8.28 y cuesta 16,70 euros y el Avant, aunque más económico, (10,85 euros) sale a las 10,35 y llega a la estación intermodal a las 11,05. Pasado mañana, a las 7.40, saldrá de la estación de autobuses de Calatayud el primer viaje de esta nueva línea regular de uso especial con una decena de usuarios. Se incrementarán hasta los 25 o 30 a partir del lunes día 12, cuando se normalice la actividad tras las fiestas de Navidad.


Recorrido urbano

Ayer se vendieron en la estación bilbilitana, los primeros bonos de 20 trayectos al precio de 105 € (cada viaje costará 5,25). Habrá tres paradas, la primera a la altura del hospital Clínico, la siguiente en el Miguel Servet, continuará hasta el paseo de María Agustín, para dejar a quienes trabajan en el Pignatelli, y seguirá hasta la intermodal. Desde allí, partirá a las 14,30 en sentido Calatayud con las mismas paradas. Está previsto que a Clínico llegue sobre las 15.05 y diez minutos después al Servet. Los primeros días servirán para ajustar los horarios al tráfico real.


“Lo podrá coger cualquiera, pero tendrán preferencia los trabajadores que van a Zaragoza, funcionará igual que la otra línea laboral a Calatayud”, comenta Martínez. Ese mismo bono personal servirá para utilizar cualquier otro autobús de la línea Zaragoza-Calatayud, y no se ha fijado una caducidad, “porque está diseñado para personas que tienen que ir a Zaragoza por lo menos un par de veces a la semana y si bajan todos los días gastan dos bonos al mes”, explica el gerente.


“Nos beneficia a algunas personas, pero también a Calatayud porque hay gente que, por no coger el coche vive en Zaragoza, y si tiene esta opción se podrá quedar en su ciudad”, manifiesta Pilar. “Muchos que van a utilizar el autobús comparten un piso con más personas y duermen allí sólo dos o tres noches a la semana y por mucho menos van a poder vivir en su casa”, señala Martínez.