TARAZONA Y EL MONCAYO

Condenado a cinco años y medio por intentar matar a su vecina en Añón

El autor del homicidio frustrado, de 73 años, acuchilló a la víctima en plena calle.

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a Simplicio Zornoza Moreno a cinco años y medio de prisión por un delito de homicidio, en grado de tentativa, del que fue víctima Anunciata S., una vecina de la localidad de Añón del Moncayo a la que asestó un navajazo en la zona inguinal y otro en un brazo. De no haber sido operada de urgencia, la mujer habría fallecido. El tribunal también le impone tres meses de cárcel por un delito de amenazas, ya que quince días antes de perpetrar la agresión, se cruzó en el pueblo con Ruth S. y, al tiempo que le mostraba una navaja le dijo: "Que sepas que con esta voy a matar a tu hermana (Anunciata) y a tu cuñado (Julio G.)".


Los hechos ocurrieron el 3 de agosto de 2007. Sobre las 10.30, Julio G. conducía su coche por Añón y con él viajaba su mujer y su cuñada. En la calle de Tarazona, Simplicio Zornoza se puso delante del vehículo y le obligó a parar. Se acercó a la ventana del copiloto y le dijo a Anunciata S.: "Os voy a matar y a quemar". Acto seguido, se dirigió al asiento del conductor con una navaja en la mano, lo que obligó a Julio G. a descender del coche para que no le agrediera. El marido se puso a forcejear con él y logró sujetarle la mano en la que llevaba el arma, pero al acercarse a ellos Ruth y Anunciata, se soltó la mano y la dirigió contra esta última con intención de causarle la muerte, según la sentencia. A consecuencia de los dos navajazos recibidos, la mujer sufrió una herida en la región inguinal que le penetró el peritoneo.


El tribunal considera que las pruebas contra Simplicio Zornoza son rotundas y da un gran valor a los testimonios de Julio G. y de Anunciata y Ruth S. Pero sobre todo considera trascendental el de Roberto G., un vecino ajeno a todos y que presenció los hechos. El fallo también recoge que, tras la agresión, el acusado se dirigió a la tienda de Roberto G. y le dijo que si le preguntaba alguien por lo ocurrido, no dijera nada.


Para los magistrados, la intención de Simplicio Zornoza, como defendió la abogada de la acusación, Carmen Cifuentes, era claramente la de causar la muerte, tanto por el arma que usó, tipo estilete, como por la zona a la que la dirigió y a las amenazas que había proferido 15 días antes. El tribunal ha tenido en cuenta, como solicitó el letrado Javier Osés, la atenuante de reparación del daño ya que el día antes del juicio pagó 5.340 euros como indemnización. Sin embargo, no la considera muy cualificada porque en ningún momento pidió perdón ni se mostró arrepentido por su acción.