COMARCAS

Los agricultores se quejan de continuos robos en sus tierrras

Han sufrido saqueos en granjas de cerdos y bodegas y denuncian la sustracción en grandes cantidades de frutas y hortalizas

Los agricultores y ganaderos de la huerta de Zaragoza y localidades cercanas están más que hartos de sufrir hurtos y robos en sus propiedades y también de no tener nunca una respuesta policial y penal adecuada a los daños que les causan.


Hace pocos días, a un vecino de Utebo le quitaron treinta cajas de melocotón, unos 600 kilos de esta fruta. Recientemente a otro le saquearon el taller de herramientas, valoradas en 9.000 euros. A principios de agosto, un vecino de Tabuenca descubrió que le habían vaciado dos toneles de vino de su bodega y se habían llevado 200 litros de vino y herramientas. Un ganadero de Épila fue víctima del robo de 20 cerdos de su granja y no ha sido la única vez.


Todos han denunciado los hechos, pero no les ha servido para nada. Coinciden, además, en que los ladrones actúan con total impunidad. En unos casos, porque lo sustraído es calificado como hurto. En otros, porque les cuesta tiempo y dinero seguir adelante con la denuncia, para no tener ninguna garantía de que vayan a ser resarcidos económicamente de los perjuicios sufridos puesto que, en la mayoría de los casos, los autores son insolventes.


Por su parte, la Delegación del Gobierno en Aragón asegura que no se ha registrado un significativo aumento en el número de denuncias en los últimos tiempos.


"En cada pueblo tenemos nuestro cupo de rateros y los conocemos. Salen con bicicleta o con moto, recorren las huertas y cogen frutas y verduras. Con eso ya contamos, porque no nos queda más remedio. Pero lo que ocurre ahora es una barbaridad", dice Ernesto Tamé, agricultor de Utebo.


"Llevan furgonetas o coches y van tres o cuatro. No les puedes decir nada, porque si se te vuelven, puede ser peor", cuenta. "Además, no solo es el valor económico, es el cuidado y el tiempo que has invertido en tus árboles. Hace 15 días, a mi cuñado se le llevaron melocotones y dejaron el árbol destrozado", explica.


A Antonio del Monte, también de Utebo, le saquearon el taller de herramientas y se le llevaron llaves, taladros, sierras esmeriles, gasoil y otros efectos, valorados en 9.000 euros. La Guardia Civil no ha descubierto a los autores. "Salen por las noches y cogen hortalizas, patatas, frutas. Y tú no puedes ir solo porque no sabes cómo pueden responder. Y no vas a coger la escopeta, porque entonces te puedes meter en una ruina", cuenta. Coincide con Ernesto Tamé en que la Policía Local de Utebo no llega. "Ellos van por un lado y los otros, por otro. Además, no son del pueblo y no se conocen los caminos", comenta.


Una vez sorprendió a un hombre que iba en moto y llevaba dos bolsas llenas de verduras y hortalizas. "Eran las 13.45. Le pregunté que qué hacía y me dijo que estaba jubilado y no le llegaba la pensión. Le contesté que por qué no venía a ayudar un poco y así podría costearse lo que se comía. Me respondió que eso era trabajar y no quería. Entonces le dije que iba a llamar a la Guardia Civil y me pidió por favor que no lo hiciera. Así quedó la cosa", cuenta.


José Luis Viñuales, de Épila, denunció hace un par de meses el robo de 20 cerdos de su granja. Los ladrones cogen los animales, los matan allí mismo con un martillo y los cargan en un vehículo. "Una vez se les quedó el coche en una zona de la que no podían sacarlo. Se lo llevó la Guardia Civil y al día siguiente fueron a buscarlo al cuartel. No pasó nada", recuerda. "En otra ocasión, identificamos un vehículo granate, de un campamento de rumanos, y no sirvió de nada. Y eso que había sangre y un martillo. Parece que se venden los cerdos entre ellos a un euro el kilo. Luego dicen que se hacen cada parrillada de carne de aquí te espero. Así, no me extraña", exclama.