MANCOMUNIDAD CENTRAL DE ZARAGOZA

La única tienda de Botorrita echa el cierre

En menos de una semana, la única tienda de Botorrita echará el cierre definitivo. Desde hace meses, un cartel anuncia el traspaso del establecimiento. Pero hasta ahora nadie se ha interesado en continuar con el negocio, donde además de alimentos también puede comprarse tabaco y prensa. A partir del próximo martes, los vecinos tendrán que desplazarse hasta María de Huerva o Zaragoza para hacer sus compras. Seis y veinte kilómetros, respectivamente, que se convertirán en un hándicap importante para los mayores y, especialmente, para quienes no tienen coche.


"Aquí toda la vida ha existido tienda y ahora más de uno lloraremos su ausencia", conversan dentro de la tienda, donde en ese momento hay cuatro clientes. El tema se ha convertido en el comentario constante de los clientes, que ven con preocupación esta situación.


Desde hace cuatro años, este supermercado, que todavía conserva el cartel de los conocidos "Dagesa" (aunque ya no pertenece a esta cadena) es el único establecimiento del pueblo. Aunque el municipio todavía tiene carnicería y panadería, en estos lugares solo venden lo propio.


Por eso, una vez que se baje la persiana de este pequeño súper, la compra de una caja de leche o una botella de aceite ya no será tan cómoda. Recorrer los metros que separan sus viviendas de la céntrica calle Mayor donde está el establecimiento, se convertirán en la obligatoriedad de subir a un vehículo y echarse a la carretera. Y esta situación no agrada a los vecinos, que con mayor o menor resignación comienzan a asumir el próximo cambio.


"La tienda no es solo un lugar donde poder hacer la compra, también es un sitio donde socializarse y relacionarse con otras personas del pueblo", comenta una vecina que acaba de salir de la tienda.


Junto a ella abandona el establecimiento Rosa Victoria Hernández, de 65 años, que sale con el carro cargado. Vive en Botorrita desde que se jubiló y se muestra preocupada por el cierre: "Para la gente mayor será muy difícil hacer la compra", cuenta refiriéndose a unos tíos suyos de unos 80 años que no disponen de medios para desplazarse. "No hay tanta diferencia de dinero y comprar aquí es muy cómodo", añade. Un día a la semana hay venta ambulante, aunque, por ahora, solo llegan comerciantes con ropa y otros artículos, pero ninguno con productos de alimentación.


José Rodrigo llega a hacer la compra montado en su tractor. Lo aparca en la plaza, entra al establecimiento, llena la bolsa y sale. Aunque sabe de la comodidad de esta tienda, se muestra conformado y asegura que cuando cierre tendrá que desplazarse a la capital. "Compraremos para todo el mes y punto. Dicen que en ese pueblo grande que se llama Zaragoza hay de todo", bromea antes de volver a subir a su tractor. Otra vecina deja la tienda con dos bolsas en la mano. Vive en el pueblo desde hace ocho años y asegura que solo utiliza la tienda para los olvidos.


En Botorrita viven más de 500 personas y la población aumenta en verano. Sin embargo, la proximidad a Zaragoza y María de Huerva hace que, muchas veces, los vecinos se desplacen a comprar hasta estos lugares y eso afecta a los negocios locales.


"La gente dice que aquí todo es más caro. Sin embargo, no se plantean cuánto supone la gasolina", apunta el alcalde de Botorrita, Timoteo Ortillés. Además, el primer edil se refiere a los problemas que tienen otros establecimientos para poder mantener sus puertas abiertas, como es el caso de las carnicerías, "las normas sanitarias son cada vez más estrictas y eso, a veces, complica la apertura de un comercio", añade.


Las "tiendas remedio"

Desde hace tiempo en la provincia de Teruel y desde hace menos en la de Zaragoza, funcionan los multiservicios rurales. Se trata de unos establecimientos que agrupan una "tienda remedio" (en la que se venden algunos productos básicos), alojamiento rural y bar, entre otras cosas.


Esta iniciativa, que funciona mediante un convenio entre el Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Zaragoza y la Cámara de Comercio intenta repoblar las zonas consideradas desierto demográfico para evitar que desaparezcan.


En la comarca de las Cinco Villas ya funcionan algunos de estos multiservicios y su puesta en marcha evita viajes de hasta 30 kilómetros a los vecinos de estos pequeños pueblos.