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Miles de truchas de una piscifactoría invaden el río Pitarque en Villarluengo

La rotura de la acequia que alimentaba de agua a las piscinas provoca la suelta de más de 50.000 peces al afluente. La DGA abre una investigación y no descarta sanciones

La rotura del canal que abastece de agua a la piscifactoría Guadalope produjo la semana pasada que miles de truchas invadiesen el cauce del río Pitarque en el término municipal de Villarluengo. Un total de doce personas, entre agentes de protección medioambiental, técnicos de SODEMASA y guardias de caza de Ejulve llevan una semana intentando recuperar el máximo número de animales mediante redes electrificadas. El consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Alfredo Boné, manifestó ayer que esta institución ha abierto un expediente informativo para aclarar los hechos y decidir si son merecedores de una sanción. Por otra parte, Francisco Javier Villanueva, representante de la Asociación para el Estudio y Mejora de los Salmónidos (AEMS), manifestó que hoy viernes presentaran una denuncia ante el Servicio Provincial correspondiente así como ante la Fiscalía de Medio Ambiente.


Fuentes cercanas a la empresa señalaron ayer que al romperse la acequia que alimentaba de agua a las piscinas de cría, el nivel de estos depósitos empezó a bajar. Entonces, los propios trabajadores de la empresa decidieron trasladar las truchas hasta el río para que evitar su muerte pensando que posteriormente las podrían extraer. Dos días después del incidente, las autoridades provinciales, avisadas del suceso, enviaron a técnicos de protección medio ambiental, empleados de SODEMASA y guardias de caza de la zona para proceder a la captura de los peces vivos. Posteriormente, los trasladarían a pantanos cercanos donde los animales no compiten con la trucha autóctona, como son el pantano de Calanda o Castellote. A pesar de llevar una semana de trabajos de extracción, la AEMS estima que únicamente se ha logrado pescar el 25 por ciento de los ejemplares que invadieron el acuífero.


El representante local de AEMS explicó que este incidente tiene una especial gravedad puesto que la especie introducida puede llegar a destruir el frágil ecosistema del río Pitarque. Además, añadió que, aunque a día de hoy, hay afectados unos pocos kilómetros, las truchas podrían llegar a viajar hasta establecerse en la parte alta del Guadalope a la altura del barrio castellotano de Ladruñan.


Fuentes del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón manifestaron ayer que esta piscifactoría ya había sido objeto de denuncia en diversas ocasiones por este Departamento. "Truchas de la piscifactoría de Villarluengo se han escapado muchas veces. Quizás, esta vez es más complicado debido a la situación del río que posee unas buenas comunidades de truchas autóctonas", afirmó ayer el Consejero de Medio Ambiente.


Además, añadió que se deben medir los hechos en el contexto en el que suceden. En la misma línea, Villanueva ratificó las palabras del consejero sobre lo ocurrido en numerosas ocasiones. El representante de la asociación criticó que dicha piscifactoría no posee las condiciones de seguridad y de higiene adecuadas, y que "lo sucedido constituye un delito ecológico muy grave puesto que incumple la ley sobre biodiversidad de 2007.


Esta prohibe la introducción de especies autóctonas". Sin embargo, para Boné, "antes de afirmar que es un delito ecológico se debe proceder a la realización del expediente informativo". De la misma forma, apuntó que darán parte al ministerio fiscal si se confirma el delito.


Ni el Gobierno de Aragón ni los encargados de la extracción de los animales saben cuando se finalizarán los trabajos de recuperación de las miles de truchas Arco Iris que, actualmente, invaden el río Pitarque.