La falta de jóvenes obligará a suspender la ancestral contradanza de Cetina

La contradanza de Cetina, una representación que tiene su origen a finales del siglo XVI, no se representará este año debido a las bajas entre los contradanceros que iban a representarla el 19 de mayo la noche de San Juan Lorenzo.

Este es un espectáculo declarado de Interés Turístico Regional que requiere de 9 personas. Durante una hora y media, los danzantes están en continuo movimiento interpretando las 30 mudanzas que la componen, y resistiendo el peso de unos sobre otros, por lo que además de voluntad se necesita de una buena forma física.

Los ensayos se han venido realizando los fines de semana del mes de abril, pero por discrepancias surgidas entre el grupo hubo renuncias, y se han suspendido. Ahora falta una persona para poder escenificar los cuadros plásticos, y la sustitución del puesto es complicada, ya que apenas hay tiempo para el aprendizaje de nuevas incorporaciones.

José Miguel Velázquez, alcalde de Cetina, explicó que los contradanceros no son profesionales sino voluntarios, lo que hace que el grupo no sea estable. "El Ayuntamiento puede ofrecer el apoyo logístico o comprar los trajes si se necesitan, pero en algo que se trata de relaciones humanas, no podemos hacer nada", indicó el primer edil. Ya otros años, la lesión de alguno de los jóvenes ha puesto en peligro la representación, y si finalmente el lunes 19 de mayo no se escenifica, no será la primera vez en su larga historia.

"Hace 40 años se lesionaba uno y enseguida salía otro porque había 200 esperando poder hacerla, pero hoy el pueblo ha ido a menos y eso se nota a la hora de buscar gente para hacer la contradanza", comenta Jorge Berdún, uno de los jóvenes que iba a salir. Algunos vecinos están tratando de constituir una asociación que impulse esta herencia cultural de Cetina, aunque existen dudas de que así se pueda garantizar la escenificación cada año, cuando el problema es que falta gente.

De los 9 jóvenes que han estado ensayando para este año, solo dos eran novatos. Algunos incluso llevaban más de 10 años bailando. Jorge fue contradancero en 2005 y confía en que la tradición seguirá. "Te puede resultar bonita, pero si no eres de Cetina hay cosas que se te escapan", explica Berdún. "Aquí de pequeños no se nos cantaban nanas, sino la contradanza, y cuando la oigo... Es muy emotivo para un cetinero", confiesa este joven que cree que no se puede profesionalizar este dance "porque nace del pueblo".

Cada 19 de mayo a las 23.00 en la plaza del Castillo se apagan las luces de las farolas y solo las teas dan luz a este espectáculo, en el que los contradanceros comienzan la coreografía al ritmo de una repetitiva música.