RIBAGORZA

El riesgo de derrumbe de una ladera obliga a desalojar varias casas en Graus

Seis personas tuvieron que abandonar sus viviendas del casco antiguo ante el riesgo que supone una grieta detectada recientemente, agravado por las lluvias de los últimos días.

Cuatro viviendas del casco antiguo de Graus fueron desalojadas ayer ante el riesgo de desprendimiento de rocas desde una ladera próxima. Una grieta que la rodea en todo su perímetro amenaza con desprender una gran masa pétrea sobre las casas cercanas, lo que ha aconsejado al Ayuntamiento desalojar a los vecinos para evitar males mayores.


La grieta fue advertida hace varios días y una empresa especializada, Geobrugg Ibérica, estaba realizando un informe sobre la situación para analizar las posibles medidas de actuación. No obstante, las lluvias caídas en las últimas horas han encendido todas las señales de alarma y aconsejado tomar unas medidas preventivas para evitar daños mayores. Por este motivo, a primeras horas de la mañana de ayer el Consistorio invitaba a abandonar sus viviendas a los seis residentes en el entorno del portal de Chinchín -la histórica puerta de entrada a la villa desde el camino antiguo de Barbastro- y de la vecina placeta de Fantón, a la vez que cerraba al paso un tramo de algo más de 200 metros de la vía pública.


Los residentes, con la preocupación por la suerte que pueden correr sus casas marcada en el rostro, recogían apresuradamente algunas pertenencias y marchaban a alojarse de forma temporal con parientes residentes en otros sectores de la localidad a la espera de que se clarifique el plan de actuaciones previsto por el Ayuntamiento. "Ante los informes que habíamos recibido -subraya Victoria Celaya, la alcaldesa grausina-, era necesario tomar urgentemente las medidas preventivas tendentes a salvaguardar la seguridad de los vecinos y ahora tenemos que decidir de manera también urgente, con los servicios técnicos municipales y de la Diputación de Huesca las actuaciones precisas para estabilizar las laderas".


Los servicios técnicos municipales ya habían advertido previamente de la existencia de una grieta de considerables dimensiones y de reciente aparición en una parte de la ladera oeste de la piedra de conglomerado cuaternario bajo la que se asienta el casco urbano grausino. Concretamente, se trata de una zona situada a unos cien metros de distancia del portal de acceso al recinto medieval de la villa y a unos 35 metros de altura sobre la plataforma de viviendas próximas que amenaza en su posible caída con afectar a varios edificios.


Por su parte, tras visitar la zona y analizar la problemática, los técnicos de Geobrugg ya avanzaron verbalmente el riesgo de colapso y, con la aparición de las lluvias de los últimos días, aconsejaron a primeras horas de ayer proceder a la evacuación de las casas más próximas a las que podría causar daños un posible desprendimiento de la ladera.


Paralelamente, varios ediles encabezados por la alcaldesa, acompañados por el ingeniero jefe de la DPH, Javier Escó, analizaban en la mañana de ayer sobre el terreno la problemática planteada y empezaban a actuar para solucionar en el menor tiempo posible un problema que afecta uno de los enclaves más queridos por los grausinos.