CAMPO DE BORJA

Los cuatreros asaltan por tercera vez una finca de Mallén y roban otros 4 caballos

Los dueños de la yeguada están pensando en cerrar tras perder los seis animales más valiosos en los últimos tres meses.

Por tercera vez en tres meses, los cuatreros han entrado en una finca de Mallén para robar cuatro valiosos caballos de raza. Si en los dos primeros asaltos se llevaron sendas yeguas, en esta ocasión se han hecho con dos sementales y otras dos hembras. Aunque el criador conserva todavía 16 animales en la explotación, el último robo puede obligarle a cerrar. De hecho, se ha quedado sin los mejores reproductores y cree que será "casi imposible" recuperarlos.


La finca donde se han perpetrado los tres golpes está ubicada en un paraje conocido como la Malacena y linda con una área de descanso de la autopista vasco-aragonesa. Al parecer, esta circunstancia ha facilitado bastante el trabajo a los ladrones, ya que han contado con un acceso y una salida "privilegiados".


El propietario de la yeguada, Hilario González, se mostraba ayer abatido. "Cuando he llegado esta mañana -por ayer- y he visto las pisadas en el barro me he temido lo peor. Y mis temores se han confirmado al entrar en las cuadras y ver a los animales sueltos", explicaba. Tras un minucioso recuento, el criador comprobó que los ladrones habían vuelto a llevarse los mejores caballos de la finca.


Según la denuncia formulada ante la Guardia Civil de Mallén, los animales robados son un semental anglo árabe, otro de raza deporte español y dos yeguas pura sangre inglés. Ninguno de ellos supera los nueve años y según su dueño tienen un importante valor, "tanto económico, como sentimental".


Intentaron llevarse más animales


Las rodadas y el hueco abierto en el cercado confirman que los cuatreros aparcaron el camión en el área de descanso de la AP-68 y trasladaron hasta allí a los animales. "Se llevaron cuatro, pero intentaron robar más", relataba ayer González. "Me he encontrado a una de las yeguas recién paridas con un lazo corredero en el cuello -añadía-. No he querido ni quitárselo, para que la Policía Judicial lo viera".


Según el propietario de la explotación, los ladrones "saben muy bien cuando no hay nadie en la finca". Por ello, sospecha que o son de la zona o tienen algún contacto cerca. "El modus operandi coincide y eligen muy bien los días para pasar inadvertidos", indica. De hecho, los dos primeros asaltos se perpetraron en jornadas de niebla espesa, y el último ha tenido lugar en un día de lluvia.


La investigación de la Guardia Civil se inició a finales del pasado mes de diciembre, pero todavía no ha dado resultados positivos que permitan practicar detenciones. "El último robo ha sido el más importante, así que espero que al menos sirva para estrechar el cerco sobre los ladrones", se consolaba ayer el dueño de los caballos. "La colaboración de la concesionaria de la autopista podría resultar vital", apostillaba.