HUESCA

Cinco mil personas se reunieron en Albelda para presenciar el ritual de la Festa del Tossino

La densa niebla que cubría el pueblo no desanimó a los visitantes, que fueron agasajados con todo tipo de viandas

Teresita Chicot, una de las veteranas mondongueras de la Peña Lo Magré, de Albelda, recordaba ayer que no hace más de tres o cuatro décadas la matanza del cerdo era una verdadera fiesta entre las familias del mundo rural. Había que abastecer las despensas para el invierno, a falta de un mercado variado y abastecido hasta la saciedad como actualmente. Por este motivo, en Albelda, localidad oscense gran amante de preservar costumbres ancestrales, decidieron hace veintiún años reconvertir esta tradición familiar en una fiesta popular: la Festa del Tossino.


En su última edición, celebrada ayer domingo, esta fiesta reunió a casi 5.000 personas en una localidad de apenas 900 habitantes. Ni siquiera la densa niebla en que se sumía la Litera baja, zona en la que se halla Albelda, consiguió desanimar a los seguidores de esta fiesta, que cada año suma nuevos adeptos. Pedro Gracia, el presidente de la Peña Lo Magré, organizadora de la actividad, señalaba que incluso "es posible que hayan acudido más personas que el pasado año", aunque tampoco desean batir ninguna marca puesto que, prácticamente, están al límite de su capacidad organizativa y económica. "Es difícil incrementar el número de colaboradores, que son unos 150, y superar el presupuesto actual de 30.000 euros", añadía Gracia, quien destacaba la gratuidad de toda la fiesta, incluida la comida.


No obstante, multiplicar por cinco la población local y que no se produzca un colapso ya supone todo un éxito, al que contribuye la experiencia que durante estos años han adquirido los socios de Lo Magré y que les ha permitido mejorar la infraestructura de la cita sin perder la frescura de los primeros años.


Desde el punto de la mañana


Los visitantes son recibidos a primera hora de la mañana, las ocho, con un desayuno compuesto de chocolate y magdalenas. Mientras hacen hora para seguir la recreación de la matanza del cerdo y el mondongo, que tiene lugar a las diez y media, los participantes pueden visitar la almazara de la Cooperativa Agrícola San Isidro, también de Albelda, que celebra una jornada de puertas abiertas para mostrar la elaboración artesanal del aceite de oliva, o bien pueden dar una vuelta por la feria de productos artesanos que tiene lugar en la Rambla, paseo central del pueblo.


A partir de las nueve y media, las parrillas comienzan a perfumar el aire con el aroma que desprenden las carnes de cerdo asadas a la brasa, el mejor reclamo para los miles de visitantes que pululan por el centro del casco urbano albeldense. La Peña Lo Magré trata con cariño a sus invitados y reparte casi mil kilos de carne acompañada de pan untado de ajo, aceite y perejil, con una actividad frenética que reúne a buena parte de sus socios tras los mostradores, incluso a las nuevas generaciones.


Mientras unos se ocupan del asado, otros cocinan una gigantesca caldereta de carne de cerdo, que acompañada de la olla barreada -especie de cocido-, fruta y café compondrán el menú del mediodía, al que tienen acceso libre todos los vecinos y visitantes. Es una invitación a lo grande, generosa y con el único objetivo de darle vida a los festejos en honor de San Vicente que celebra esta localidad durante estos días, objetivo que está en el origen de todo este montaje que se sostiene en la ilusión de los albeldenses.


En la Festa del Tossino colaboran otras asociaciones, como la de Mossos y Carreters de Albelda, que se ocupa de acarrear el cochino, ya sacrificado, hasta la plaza Mayor, donde los especialistas hacen una demostración de todos los pasos de la matacía y el mondongo y que es uno de los actos que más curiosidad despierta por su autenticidad. La fiesta sigue por la tarde con baile en el pabellón municipal y el sorteo, cómo no, de un cerdo y su mondongo.


Un nuevo éxito


María Ángeles Roca, alcaldesa de la localidad, cree que la Festa del Tossino tiene cuerda para rato, porque veintiuna ediciones no han conseguido sino difundir su poder de convocatoria. "Un año más ha sido un éxito aplastante, a pesar de la niebla, y todo gracias al esfuerzo y labor de la Peña Lo Magré, que ha convertido a Albelda en un referente gastronómico en estas fechas", comentaba la edil, que entre otros invitados contaba con el presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Antonio Cosculluela, y el delegado territorial en Huesca, Álvaro Calvo.