SOMONTANO DE BARBASTRO

Butano y un motor para poner la lavadora

En pleno siglo XXI, dos viviendas situadas en las afueras de esta localidad siguen funcionando con corriente eléctrica de 125 voltios, lo que condiciona notablemente su vida diaria.


El sol marca la vida cotidiana y las tareas domésticas de los habitantes de las casas Torre Boira y Mesón de Hoz de Barbastro. Estas dos casas centenarias, donde viven dos matrimonios de avanzada edad y ocasionalmente sus hijos, son las únicas de la localidad somontanesa que todavía cuentan con una corriente eléctrica de 125 voltios, cuando el resto de los vecinos tiene sus instalaciones eléctricas a 220 voltios.


Las dos familias que viven en este extrarradio de Hoz se han acostumbrado a este tipo de vida más propio del siglo pasado, pero lamentan con cierta resignación no poder disponer de las comodidades de que dispondrían con la corriente eléctrica de 220, puesto que la precariedad del sistema actual condiciona notablemente su día a día.


En Torre Boira vive Miguel Sanz con su mujer. La hija de ambos, María José Sanz, actualmente reside en Zaragoza, donde trabaja, pero los fines de semana y días festivos acude a su pueblo natal para pasar su tiempo libre con sus padres. María José explica las dificultades que encuentra en Hoz: "Cuando enciendes dos bombillas la intensidad va bajando hasta que te quedas casi a oscuras. La corriente de 125 no da ni para electrodomésticos, ni calefacción, ni lavadora ni nevera. Solo va la televisión, que tiene un consumo mínimo".


Madrugar y pronto a la cama


Tareas tan habituales como planchar y ver, a la vez, la televisión son prácticamente imposibles en estas casas, donde enchufar dos electrodomésticos al mismo tiempo genera un importante descenso en la potencia eléctrica. En estas condiciones, los moradores de estas viviendas se ven obligados a usar "el butano y un motor para hacer la colada en la lavadora", explica Saturnina Ciprés, del Mesón de Hoz. "El ritmo de vida de mis padres pasa por acostarse pronto y levantarse pronto por la mañana. Van con el sol", matiza María José.


Esta mujer denuncia que en pleno siglo XXI, "y en país desarrollado, se dé esta situación que es tercermundista. Tantas ayudas que se dan al Tercer Mundo y a situaciones catastróficas fuera de España, también podrían atender este problema que lo tenemos aquí".


Otro asunto que también afectaba a la calidad de vida en esta zona rural se solucionó hace tres años, cuando el Ayuntamiento habilitó un conducto que garantizaba el suministro de agua potable y que permitirá también llevar agua hasta unas granjas próximas.


Pocos, pero con derechos


María José Sanz considera que los vecinos de estas dos casas "aunque sumemos muy pocos votos", tienen el mismo derecho que el resto de la población de Hoz "a disponer de la corriente eléctrica a 220 voltios porque pagamos impuestos igual que los demás". "Allí viven mis padres que son unos ancianos que no tienen ni calefacción ni lavadora. Y ellos no quieren dejar de vivir allí. Yo creo que las instituciones, el Ayuntamiento y todos deberían solucionar esta situación", apunta Sanz.


Por su parte, el alcalde, Juan José Millaruelo, indica que el Consistorio ya realizó un desembolso económico al adquirir parte del material para construir las torretas que permitirían traer la luz hasta estas casas, pero recalca que la responsabilidad última es de la compañía Endesa, que es la que se encarga del suministro eléctrico a esta localidad.


De momento, y hasta que se tome una decisión definitiva, unas vigas y diversos materiales para la construcción de una torre eléctrica yacen en medio de un campo, a la espera de que sea una realidad la instalación que permitirá que la corriente eléctrica de 220 voltios llegue a todas las casas de Hoz.