Amigos del Pueblo Saharaui anima a los sorianos a acoger a menores en julio y agosto

Para participar en ‘Vacaciones en paz’ no hace falta ser una familia al uso, pero se recomienda que haya niños en el entorno.

Imagen de archivo de una niña saharaui despidiéndose de su familia soriana.
Imagen de archivo de una niña saharaui despidiéndose de su familia soriana.
Mariano Castejón

La Asociación Soriana de Amigos del Pueblo Saharaui anima a las familias de la provincia a participar en el programa ‘Vacaciones en paz’, para acoger durante dos meses del verano a menores de entre 9 y 12 años de edad. De esta manera comienza con la campaña de esta acción solidaria que supone una experiencia inolvidable para ambas partes, "tanto para los propios niños refugiados como para las familias de acogida".

El vicepresidente de la organización en Soria, Miguel Ángel Hidalgo, indicó que no hace falta expresamente que se trate de familias entendidas como tradicionales, "también pueden ser personas solteras", aunque "se suele recomendar que en las familias haya hijos de la misma edad" de los chavales que llegan de los campamentos de refugiados. La idea es que ambos menores se puedan retroalimentar con experiencias y conocimiento, algo que también facilita la integración. La organización se pone en contacto con la familia o persona solicitante y le hace una entrevista para conocer su situación y determinar si es adecuada para un acogimiento temporal.

La pretensión del programa ‘Vacaciones en paz’ es que se ofrezca una ayuda desinteresada a los menores que viven en un campo de refugiados, que han nacido en el exilio y se desarrollan en un clima de tensión. Porque los saharauis viven en el exilio desde hace más de 40 años, cuando para huir de la guerra se trasladaron a los campamentos de refugiados en los que aún viven. Cabe recordar que el Sahara Occidental fue colonia española, algunos incluso conservan su DNI español, y ahora su territorio está ocupado por Marruecos. De esta manera, desde hace más de cuatro décadas se mantienen en un limbo.

Con el programa estival se pretende que estos niños "puedan pasar el verano con familias sorianas y así librarse del tremendo calor que hace en el desierto en esa época", tener "una alimentación sana y equilibrada", pues tienen deficiencias "sobre todo en fruta, verdura y pescado", además de "una asistencia sanitaria completa".

Así, a través de un protocolo establecido y unificado para todo el territorio, se les hacen "reconocimientos médicos" en los servicios de Pediatría, pues "al niño se le mete en la cartilla de la familia". Hidalgo mencionó que se les hacen "análisis de sangre, orina y heces, eso es obligatorio". Ésta es una opción poco factible en los campamentos de refugiados de los que proceden y aquí es posible, es un pequeño gesto. Además se administran tratamientos médicos específicos a quienes los necesitan.

Durante su estancia los menores realizan numerosas actividades educativas, lúdicas, deportivas y culturales, conocen de primera mano las costumbres españolas y perfeccionan el castellano, que es el segundo idioma oficial de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

Le experiencia no es exclusiva de los niños procedentes de los campamentos de refugiados; "es un beneficio mutuo". Para las familias de acogida es una buena oportunidad de conocer la cultura saharaui, que tantos lazos culturales e históricos tiene con la española. "Los hijos de las familias también aprenden a valorar lo que tienen, a pensar en la suerte que han tenido", dijo Hidalgo.

Por norma general, entre unos y otros se establece un vínculo emocional fuerte y la experiencia habla de que quien prueba repite. El vicepresidente de la Asociación Soriana de Amigos del Pueblo Saharaui recordó que este lazo se mantiene con la organización de visitas a los campamentos de refugiados dos veces al año, generalmente en Semana Santa y en el puente de la Constitución, para que las familias se conozcan.

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