"El ajedrez me ha enseñado a exprimir cada momento"

A los 14 años consiguió el título de Gran Maestro y a los 16, la corona mundial. ¿Lo suyo es un talento natural?

Para conseguir algo importante en el mundo del ajedrez, el trabajo duro es la parte esencial. De hecho, supone el 90% del éxito y por lo tanto, aun sin poseer un talento natural, puedes llegar a ser un gran jugador; y solo con él, sin aplicarle esfuerzo, nunca llegarás lejos.

Ha batido todos los récords de precocidad, ¿cómo se lleva ser una niña prodigio?

Mi vida siempre ha sido normal. Solo hay algunos aspectos que se pueden considerar diferentes. Los niños de mi alrededor tenían su atención puesta en los estudios, en los juegos o en las relaciones sociales y yo, todo ese tiempo me centraba en el ajedrez, lo que, a la vez, me permitía viajar a lugares lejanos, todo un privilegio.

¿Y ha tenido tiempo para algo más que jugar al ajedrez?

El ajedrez ocupa una parte muy importante dentro de mi vida, pero intento compaginarlo con mis estudios, relaciones sociales y practicar también mis aficiones. Por ejemplo, acabo de licenciarme en Relaciones Internacionales. Además, me encanta leer, es un costumbre adquirida desde que era una niña. Mi colección de libros es enorme, entre ellos, tengo publicaciones de todo tipo:didácticas, clásicos o libros sobre ajedrez. Ahora, leo muchas biografías.

¿De quién es la última que ha podido leer?

La última versa sobre la reina María Estuardo y es obra del escritor Stefan Zweig, del que he leído todas sus publicaciones, entre ellas, ‘Novela de Ajedrez’.

De todos los grandes ajedrecistas, ¿la vida de quién elegiría?

Bobby Fischer. De hecho, acaban de estrenar una nueva película sobre su figura, ‘La jugada maestra’, pero, lamentablemente, no consigue reflejar al verdadero personaje.

Y, volviendo a los libros, le he oído decir que ha leído mucho sobre las conexiones que existen entre el ajedrez y la política, ¿en qué se parecen?

En ambos ámbitos hay momentos para ceder o ser agresivo o, por ejemplo, el simple movimiento de una sola pieza puede cambiar todo el tablero, es decir, toda la situación. Además, en algunas ocasiones, es necesario sacrificar un peón para alcanzar un objetivo final.

Hablando de metas, ¿cuáles son las suyas?

Ser una jugadora más fuerte, es decir, mejorar mi posición en el ranquin. Además, me gustaría estudiar un máster en el extranjero y después, como tercer reto, promover la práctica del ajedrez femenino en todo el mundo, especialmente hacerlo a nivel educativo.

Ahora mismo, hay 14 jugadores masculinos por cada mujer, ¿por qué?

En muchas culturas, el ajedrez se considera un deporte y en este sentido, los hombres suelen estar más interesados, ya que sienten más atracción por el enfrentamiento y la competición que implica. Además, muchos padres prefieren que sus hijas se inclinen por la música o, simplemente, por deportes más relacionados con la actividad física como pueden ser la natación o el atletismo. No obstante, en estos momentos hay un interesante movimiento a nivel internacional que busca fomentar la práctica del ajedrez femenino, en el que espero tener la oportunidad de implicarme. El ajedrez ayuda a desarrollar muchas de nuestras habilidades, desde la concentración al pensamiento crítico y por lo tanto, tiene una gran influencia en nuestro desarrollo personal.

A usted, además del placer de viajar, ¿qué más le ha aportado en sus 22 años de vida?

Me ha proporcionado una mayor confianza y en cierto modo, saber estar, ya que debes respetar unas reglas y por supuesto, al rival que tienes delante. Además, el ajedrez es un reflejo de la propia vida y, por ejemplo, me ha enseñado que debemos exprimir cada momento, ya que pasa y no vuelve. También he aprendido que la tenacidad te lleva a la progresión.