Arturo Serna: "Tenemos el garaje lleno de 'sticks', bolas y espinilleras"

El máximo goleador de la liga Levante-Aragón es el último de una amplia saga de jugadores. De hecho, comparte equipo, el Honigvogel, con dos de sus hermanos.

Arturo Serna, jugador del Honigvogel.
Arturo Serna, jugador del Honigvogel.

Ya fue el máximo goleador de la liga Levante-Aragón de hockey sala con el Hongivogel la temporada pasada y en ésta ha repetido. Está claro que lo de marcar se le da bien.

El año pasado conseguí quince goles y ahora he logrado nueve. Las características que tiene el hockey sala respecto al de hierba me favorecen. Hay menos espacios y el juego se hace más rápido. También es verdad que en este caso soy el encargado de lanzar los penalti-córner.

Esa facilidad para batir al portero rival también la está trasladando este curso a la hierba.

En Primera División llevo cuatro goles, dos menos que la pareja que encabeza la clasificación, Alejandro Pitarch, del Giner de los Ríos, y mi compañero Álvaro Polo. Acostumbro a jugar en el medio con vocación ofensiva.

En el hockey existe la particularidad de que en una misma temporada se desarrollan dos modalidades distintas la hierba y la sala, ¿se pueden compaginar bien?

En invierno se produce un parón en las competiciones de hockey hierba para disputar las de sala. Se suele hacer más complicada la transición de la hierba a la sala que al revés. Creo que cuando se juega a sala se adquieren unas destrezas que, después, cuando retomas la hierba son beneficiosas. Las diferencias vienen a ser algo así como entre el fútbol once y el fútbol sala.

¿Ocurre igual en el resto de países?

No, en otros lugares de Europa el hockey sala está muy desarrollado y es mucho más especializado. Bélgica o Alemania tienen conjuntos muy fuertes.

El apellido Serna y el club Honigvogel están muy ligados.

Comparto equipo con dos de mis hermanos mayores, Sebastián y Samuel, que también son entrenadores de los conjuntos inferiores. Además, mi padre, Arturo, es el presidente, el técnico del conjunto femenino y aún juega de vez en cuando y mi madre, Tracy, también fue jugadora. Solo uno de mis hermanos, Adrián, el mayor, no se dedica al hockey.

¿Este deporte en su casa será casi como una religión?

Es algo que está en el ambiente constantemente. El garaje, por ejemplo, está lleno de bolas, espinilleras y, sobre todo, 'sticks', los palos con los que jugamos. Se suelen emplear dos por temporada y me gusta guardarlos todos.

¿Qué tiene el hockey?

Es un deporte de equipo, algo que siempre me ha atraído, además tiene peculiaridades como que se juega con un palo o sus reglas que lo hacen diferente al resto.

¿Qué expectativas maneja?

En tiempos participe en concentraciones nacionales de cara a las selecciones sub 16 y sub 18, pero no llegué a entrar nunca en la lista definitiva. Ahora tengo veinte años y lo siguiente sería la sub 21, cosa que veo muy complicada. El próximo curso me gustaría irme de Erasmus a Bélgica y aprovechar para jugar allí. También tengo ilusión por llegar en España a División de Honor.