El arbitraje femenino pide paso

Diez nuevas colegiadas han comenzado a dirigir partidos de Prebenjamín y Segunda Benjamín esta temporada y ya son 28 en Aragón.

Las diez nuevas árbitras.
Las diez nuevas árbitras.

El domingo se disputó un partido de altos vuelos: el clásico de la máxima categoría femenina del fútbol español. Por un lado, el Atlético de Madrid; por otro, el FC Barcelona. Y, en el medio de las 22 jugadoras, una árbitra, Marta Frías, y una asistente, Elena Gomollón, del Comité Técnico de Árbitros de Fútbol de Aragón. A poco más de 300 kilómetros de allí, en Zaragoza, en la capital aragonesa, diez aspirantes a coger el testigo dentro de unos años no perdían detalle a través de la televisión. Blanca Clemente, Alba Fernández, Irene Guarc, Patricia Navarro, Marta Rabal, Paula Romeo, Judith Royo, Celia San Juan, Sandra Vicién y Marta Villanueva son las nuevas colegiadas que han conseguido que el organismo regional pase de 18 a 28 representantes femeninas.

En el duelo entre los dos favoritos al título de Primera División impartió justicia una persona acostumbrada a moverse en cualquier escenario, desde campos de Tercera División hasta estadios europeos. En otras instalaciones mucho más humildes se colgaron el silbato por segundo fin de semana consecutivo la savia nueva del arbitraje aragonés, y mucho que ver en ello tiene la internacional del comité que encabeza Paco Ramo. Marta Frías se encargó de reclutarlas a través de un curso diseñado conjuntamente por el comité arbitral y por la federación que preside Óscar Fle. Una de esas charlas impartida por Frías en diferentes clubes y centros educativos captó el interés de Paula Romeo, jugadora del CD Fleta de Femenino y, desde hace poco, una jueza más. "Ahora te das cuenta de que hay muchas veces que se protesta sin ni siquiera conocer el reglamento de juego", destaca.

En el abanico de recién llegadas figuran colegiadas desde los 15 hasta los 24 años. La ejeana Marta Villanueva es de las más mayores. Las ganas de demostrar que el género femenino tiene mucho que decir en este ámbito le llevaron a compaginar el silbato con el balón. Su primer encuentro, un Escalerillas-San Gregorio, no le defraudó. "Después de llevar desde los cinco años jugando a fútbol, me encantó la sensación de arbitrar un partido", admite la también jugadora del conjunto femenino cincovillés, que tuvo tiempo para darse cuenta de que sus decisiones pueden ser más criticadas fuera que dentro del rectángulo. "Con los chicos no tuve ningún problema, pero con algunos padres ya hubo un poco de lío", explica.

Para Paula, su debut sirvió para enterrar dudas sobre la nueva faceta. "Al principio tenía algunos nervios, pero conforme pasan los minutos te tranquilizas y acabas disfrutando", recuerda.

Si hay alguien que se siente especialmente orgullosa, esa es la propia Marta Frías, un referente que abrió un camino a seguir dentro del arbitraje femenino aragonés y que desde 2012 pita en envites internacionales. "Es gente muy joven y eso hay que aprovecharlo. Tienen mucha ilusión: después de arbitrar el primer partido ya preguntaban cuándo les tocaba el siguiente, y eso es bueno porque demuestra que tienen ganas. Ojalá cada vez haya más chicas en el fútbol", declara antes de dar un consejo de veterana: "Aguantar las primeras semanas es importante". Sus noveles compañeras del comité aragonés recogen el guante de la que para ellas es el mejor ejemplo a seguir.

La cifra de 28 árbitras del comité aragonés se ampliará próximamente hasta 31 si tres jóvenes más de las que participaron en el curso de captación de nuevos talentos superan las pruebas físicas que tienen pendientes.