"Algunos de mis jugadores dudan de que la cigarrera fuese mi madre"

Alfredo Sanz es entrenador de fútbol desde hace 19 años e hijo de Herminia, la cigarrera del Tubo, que desde el 2015 tiene su propio cabezudo en la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza. En la actualidad dirige al conjunto de Primera juvenil del Santa Isabel

Alfredo Sanz Martínez, hijo de Herminia -aunque le llamaban Serafina casi todos- la famosa cigarrera del Tubo, lleva casi 20 años como entrenador en el fútbol aragonés. En la actualidad dirige el Santa Isabel de Primera Juvenil con un gran entusiasmo y transmitiendo los valores que heredó de su madre que vivió los últimos once años de su vida en su casa.

Fue el primer entrenador que sacó un anuncio en el HERALDO DE ARAGÓN para encontrar equipo. 'Entrenador serio busca equipo de juveniles', rezaba la publicidad. Tuvo cinco o seis llamadas de equipos que requerían sus servicios a raíz del anuncio, pero finalmente Alfredo se decantó por el Olivar Juvenil Preferente. En estos años de trayectoria deportiva, Alfredo ha entrenado a La Puebla, Barbastro, Helios, Escalerillas, Santa Isabel y El Burgo, entre otros clubes. Ademas de estar varios años en la Escuela de Fútbol Base de la Federación Aragonesa de Fútbol.

He oído comentar a su familia que al retirarle al cabezudo de su madre el cigarro de la boca -como estaba en el cabezudo original- que no ha sentado nada bien.

Nos ha sabido fatal. Es como si a un jugador de fútbol le quitas el balón o las botas. La educación de los hijos la tienen que hacer sus padres en casa. Además, el cabezudo de Popeye lleva pipa, y nadie dice nada. Además, después de quitarle el cigarro no nos ha gustado nada cómo le ha quedado la boca.

Habla con mucho orgullo de su madre y de este cabezudo de la comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza creado en el 2015.

Pues si. Además, a ella le hubiera gustado mucho. Mi madre estuvo 50 años en el tubo vendiendo tabaco de estraperlo, además de adoptar a cinco hijos, siempre ayudo a todos. Cuando venía la policía avisada a los trileros, y también ayudaba a la policía si alguno se portaba mal por allí.

¿A sus jugadores les dice algo de su madre?

Claro. Algunos dudan de que fuese mi madre. Ella era muy buena persona y me enseñó unos valores que no se me han olvidado y que tengo que compartir con los demás. A los chicos les digo que no me gustan las tarjetas ni las amonestaciones. Hay un jugador en mi equipo que es nieto del dueño del Bar Texas del Tubo, uno de los bares que quedan de antes. Cuando se lo dijo a su abuelo se alegró mucho por estar conmigo.

Su madre fue una mujer adelantada a su tiempo

Mi madre se crió en la calle, pero tenía una exquisita educación. Ahora cuando tenía que mandar a alguien a hacer puñetas, la mandaba. Debía de darnos de comer a cinco hijos, que igualmente, nos criamos en la calle.

Para sus hijos ver a su abuela en estas fechas que todos los niños la quieren tocar. ¿Que significa?

Muchísimo. Para el pequeño es como una heroína y para la mayor igual. Vivió con nosotros los últimos once años de su vida, falleciendo en mi cama, y mi hijo Jesús aún recuerda que le daba todos los días un euro de? propina para meterlo en la hucha.