La temporada empieza torcida para el Ebro (0-2)

Los arlequinados cayeron contra el Ontinyent en la segunda jornada y todavía ni han puntuado ni han marcado un gol. Un tanto antes del descanso y otro en la reanudación condenaron a los de Emilio Larraz.

Si hace un año el Ebro se alzaba con el coliderato del grupo III de Segunda División B, tras imponerse en sus dos primeros partidos, doce meses después la situación es totalmente antagónica, sin puntos conseguidos y sin goles que festejar. Tocará pues buscar soluciones a una situación que resulta desconocida para el club, al que los vientos siempre habían sido favorables desde el segundo cero, y en el que ahora más que nunca habrá que remar con más fuerza para salir sano y salvo de esta zona turbulenta por la que transcurren los primeros pasos de la temporada 2017-18.

Se medían cara a cara dos equipos que han hecho una profunda renovación en sus plantillas, por lo que estos primeros encuentros están sirviendo para ir conjuntándose y encajar un engranaje que con el avance de la competición deberá ponerse a punto. Entre tanta novedad, fueron los valencianos los que anduvieron más atinados ante la portería local y por eso fueron los primeros en llevarse el premio de La Almozara. Se había comentado entre semana la necesidad de hacer un fortín del campo arlequinado y la primera prueba de fuego ante su público no pudo acabar siendo más decepcionante, ya no por la derrota en si, pero por la poca presencia ofensiva que mostraron los de Larraz.

Aunque la primera señal de ataque la dio el Ebro, en una acción individual de Alfonso con disparo alto, fue apenas un oasis en el desierto. El encuentro entró en una fase de imprecisiones y espesura, de la que solo se salió en los cinco minutos, que fueron los más trepidantes.

El Ontinyent marca en el descuento

Primero, Javi Cabezas se inventaba una jugada por banda, que culminaba con un pase atrás, que Salinas remataba de forma defectuosa. Los locales apretaban en busca de adelantarse antes del intermedio, pero pasó justo lo contrario para sus intereses. En un saque de banda, en el que el Ontinyent prolongó hasta dos veces dentro del área el balón le acabó cayendo a Tito, que de volea con la zurda, no perdonó, batiendo de manera inmisericorde a Salva.

Llega el segundo gol en una jugada similar

Si de los errores dicen que se aprende, esta lección no terminó de entenderla el Ebro, que como si de un mal estudiante se tratase, volvió a incurrir en el mismo error. En una acción calcada, en la que puede haber un mal saque de banda de Sergio Albiol, que saltó en el momento de impulsar el esférico, que quedó suelto dentro del área sin que fuese despejado por los defensores, y ante tanta concesión, Rober Sierra la volvió a mandar dentro. Efectividad máxima visitante que en dos tiros dejaba el partido muy definido a su favor.

Hubo cambio de esquema tras el segundo gol, retirándose un renqueante Ubay, que tuvo que ser atendido nada más abandonar el terreno de juego, y pasando a jugar con defensa de tres y un doble pivote con Iván Forte y Gerrit.

El equipo puso corazón en busca de un gol que les abriera las puertas de una posible remontada, pero las ganas puestas no sirvieron para obtener réditos positivos. Alfonso remató desde el suelo, y la defensa bloqueó el tiro, para mandarlo a saque de esquina. Posteriormente, Javi Cabezas, muy incisivo a lo largo de la matinal, cabeceó a las manos de Álvaro Campos, que atrapó con seguridad. De nuevo él fue el protagonista en la acción que a punto estuvo de suponer el 1-2, en un peligroso centro, que tocó Diego Puig y cuando estaba a punto de cantarse el primero, Russo echó el candado de manera providencial para los suyos, con un contundente despeje a córner. Fue el último hilo de esperanza de un Ebro que veía como no podía hacer nada para evitar la derrota.

Con los espacios dejados en retaguardia, el Ontinyent pudo incluso hacer más daño, pero ni Juanan primero, ni Fran Machado a posteriori, dejaban más abierta si cabe la herida. Con el pitido final, la gente abandonó el campo con una sensación de frialdad. De un primer partido en casa siempre se espera lo mejor, y esta vez no pudo ser. Mucho margen de manera para un conjunto que está todavía dando sus primeros pasos.