Ángel Misiego: "Siempre hice deporte y gracias a ello puedo seguir compitiendo"

Con 70 años juega al fútbol en el equipo de veteranos del Atlético Ranillas sin plantearse la retirada. "La clave está en cuidarse mucho, aún hoy salgo a correr diez o doce kilómetros tres días a la semana", explica.

Ángel Misiego, del Atlético Ranillas.
Ángel Misiego, del Atlético Ranillas.

Es uno de los futbolistas más veteranos de Aragón. Ángel Misiego nació en Madrid, creció en Cataluña y desde hace tres décadas vive en Zaragoza. En todas sus etapas, el deporte rey en España ha estado latente. ¿No se cansa del fútbol?

Para nada. Yo nací con un balón de fútbol y ahí sigo. Comencé a jugar a los 13 años y estuve en equipos de Segunda y de Tercera División de Cataluña o de Baleares. Pasé por muchos clubes: Europa, Palamós, Vic, Calella, Mallorca, Atlético Baleares... Estuve en el Barcelona durante seis meses y durante el servicio militar coincidí con Reixac, Reina o Marcial, y yo era el capitán. Con 41 años vine a Zaragoza y seguí jugando al fútbol en conjuntos de laboral o de veteranos. Llevo 56 años de forma ininterrumpida con ficha de futbolista.

¿Y cuál es su secreto?

La clave está en cuidarse mucho. Yo siempre quise ser futbolista, así que no fumé, no bebí y me entrené siempre al máximo. Hoy en día salgo a correr 10 o 12 kilómetros tres días a la semana para que el cuerpo esté bien. Y la mente también es importante. Siempre he sido muy positivo. Hace cuatro años me rompí el menisco y al mes y medio estaba jugando otra vez.

Aquí en Zaragoza también ha pasado por muchos equipos.

Sí, casi ni me acuerdo de todos. Estuve en el Montecarlo, el Santo Domingo, el Universidad de Veteranos, el Trox, el San José o el San Juan de Mozarrifar, que me fichó para jugar en Segunda Regional cuando iba penúltimo y, después de estar 18 partidos sin perder, acabamos ascendiendo a la Primera Regional.

El fin de semana anterior, en la última jornada de la liga, marcó un gol desde el punto de penalti. ¿Es usted el que se encarga de las jugadas a balón parado?

La verdad es que los penaltis nos los repartimos, y ese día me tocó a mí. Además jugué todo el partido, los 80 minutos, que otras veces suelo entrar, salir, volver a entrar...

Fuerzas tiene de sobras.

Es que me siento bien. Cuando era joven pesaba 69 kilos y ahora estoy en 74, así que sigo en forma y sin nada de grasa. Gracias a que toda mi vida hice deporte puedo seguir compitiendo hoy en día.

Es todo un ejemplo. ¿Qué le dicen sus compañeros del Atlético Ranillas?

Que no me retire. Yo les digo de broma que me voy a retirar y ellos me dicen que ni se me ocurra. Es más, aunque son más jóvenes, les dejo claro que hasta que no me retire yo, no se retira nadie. Son gente muy maja y vale la pena jugar en ese equipo.

¿Se pone una fecha para colgar las botas?

Pienso seguir mientras las piernas den de sí. Pero, además, el año que viene quiero entrenar a un equipo de niños del Atlético Ranillas. Ya lo hice en el Actur Pablo Iglesias y ahora quiero repetir porque me hace ilusión. Los chicos se lo toman muy en serio, quieren aprender, lo único que me echa para atrás son los padres.

¿Cree que son un problema?

Por desgracia, sí. Si mi padre venía a verme, yo no le veía. Luego en casa me decía lo que creía conveniente. Creo que es así como hay que hacerlo.