El Maristas usa la cabeza y la calma en Irún

Los zaragozanos, que se desplazaron con seis bajas y Larroy se lesionó, ganaron un partido donde tuvieron ventajas de cinco goles casi todo el choque (31-33).

Balonmano duro y físico, y rivales que nunca se rinden. El Maristas vivió ayer una buena primera toma de contacto acerca de lo que se va a encontrar esta temporada en el grupo C de la Primera Nacional, al que ha sido trasladado desde el D. Los zaragozanos se impusieron en la primera jornada a domicilio al Bidasoa de Irún en un duelo en el que manejaron ventajas de entorno a los cinco goles la mayor parte del tiempo. Solo en el último tramo, cuando las fuerzas ya flaquearon lograron los locales inquietar a los colegiales.

La expedición encabezada por el técnico Pepe Martínez tuvo que desplazarse con seis bajas y ya en el encuentro sufrió la lesión de Larroy, jugador de Segunda Nacional que había sido incluido en la convocatoria para tratar de paliar las ausencias, y al que se le salió el hombro. Fue necesario emplear la cabeza y la calma para regresar a Zaragoza con los dos puntos.

De los vascos preocupaban su central y los extremos, y para tratar de frenarlos se aplicó una defensa 6-0, que fue alternada brevemente por un 5-1. También los visitantes tomaron sus precauciones intentando neutralizar a Farreres. Sin embargo, al volcar su defensa hacia él, dejaron libre a Rododeras, que consiguió anotar diez goles.

Bidasoa Irún: Rincón, Crowley, Nono, Gomis, Odriozola, Satrustegui, Zamora, Aldaba, Zamarreño, Urdin, Mindeguia, Sagarzazu, Gómez, Santa Cruz, Martínez, Cañas, Isidro.

Maristas: Miravete, Sánchez, Farreres, Penón, Sanz, Reyes, Calvo, González, Rodoreda, Fernández, Montejo, Igal, Allué, Oto, Ania, Hervás, Julián y Bea.

Parciales 5': 2-2, 4-7, 6-10, 10-17, 13-15, 15-18; 16-20, 19-24, 23-25, 26-29, 28-31 y 31-33.