Sus tatuajes (hasta los ojos están inyectados en tinta) truncaron la vida de este profesor de Primaria

Su pasión por los tatuajes le supuso, al hombre más tatuado de Francia, el cierre de algunas puertas: impartía clases en una guardería del sur de París. Los padres se quejaron de que con su aspecto asustaba a sus hijos e inmediatamente fue expulsado de las aulas. Ahora da clases en primaria. Quiere enseñar a los más pequeños a aceptar a quienes son diferentes.

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