El embalse de Mediano, en Huesca, vive sus horas más bajas

El embalse de Mediano, en Huesca, era un lugar de ensueño que debe su nombre al pequeño pueblo, Aínsa, que quedó ahogado con la construcción del pantano en los años 70. Nadar entre las ruinas de su iglesia o adentrarse en piragua bajo la cúpula del campanario eran imágenes idílicas el año pasado. Ahora, el agua apenas se vislumbra detrás de la iglesia, porque el embalse sigue teniendo agua, pero está al 20 por ciento de su capacidad.

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