Cuatro rutas por los bosques del Moncayo
El encinar de Valdeabeja o el de Maderuela así como el hayedo de Peña Roya o los de la parte soriana son lugares en los que perderse.
Como hicieran los hermanos Bécquer en su día, los bosques del Moncayo son lugares para perderse. Perderse en el sentido poético de la palabra porque para no hacerlo literalmente hay varias rutas que se pueden seguir a lo largo de estos frondosos espacios. A continuación, tres recorridos por el encinar de Valdeabeja, el de Maderuela y los hayedos de la parte soriana.
El encinar de Valdeabeja desde Alcalá de Moncayo
El encinar de Valdeabeja es el primero de los destinos de estas tres rutas. La caminata parte desde la localidad de Alcalá de Moncayo, atravesando el pueblo por la calle principal y pasando por el lavadero y un depósito de agua. Antes de abandonar el casco urbano merece la pena recorrer sus calles para ver su arquitectura y sus fachadas. Para, incluso, adivinar los restos de su castillo.
Una vez llegados al bosque, hay que tomar el sendero GR-260 en dirección Talamantes, dejando atrás el desvío de la urbanización Villacumbres. Durante todo el camino, las peñas de Herrera acompañan al senderista al fondo del barranco. En un primer plano, almendros abandonados, campos de cereal y romeros. Las zonas más espesas del bosque alternan con los claros, donde todavía quedan pequeñas parideras con abrevaderos para los animales.
La ruta continúa por el GR-90, dejando la pista por la que se iba hasta ahora para seguir las indicaciones de este otro sendero en dirección Añón de Moncayo. El camino se desvía hacia la derecha para adentrarse en el encinar, donde pronto aparece un riachuelo y la balsa de agua que lo rellena. Unos metros más adelante están las parideras de Letosa y la de Valdeavellano, junto al barranco de los Moros.
Esta ruta es circular y basta con seguir las marcas rojas y blancas del sendero de Gran Recorrido para continuar con el camino de vuelta hacia Alcalá de Moncayo. La distancia total ronda los diez kilómetros y no presenta prácticamente desnivel.
El hayedo de Peña Roya
El sendero del hayedo de Peña Roya es la joya de la corona de las rutas del Parque Natural del Moncayo. Es una ruta fácil y especialmente bonita en primavera y otoño pero merece la pena en cualquier estación del año. En esta zona hay dos hayedos, siendo este, el de la parte aragonesa, el más conocido y accesible.
La ruta comienza en el aparcamiento de la Fuente de Sacristán, donde se debe estacionar el coche. Aquí hay, además, una zona recreativa donde poder descansar al final. El camino no tiene pérdida, basta con seguir las marcas pintadas en los árboles. Tras un primer tramo en ascenso entre la densidad del bosque, unas escaleras permiten atravesar el pinar del Moncayo, con ejemplares de 20 y 30 metros de altura.
Desde este lugar, se emprende el camino de vuelta, ya en descenso, pasando por varios puntos de interés, como los miradores de las faldas del Moncayo o el barranco de Castilla.
Un paseo por el encinar de Maderuela
La ruta por el encinar de Maderuela también es circular y es la más corta de las cuatro propuestas, con apenas cinco kilómetros. El paseo comienza en el kilómetro 2,5 de la carretera que une el Monasterio de Veruela con el Parque Natural, en el término de Vera de Moncayo. Los vehículos se pueden dejar en un descampado a la izquierda de la vía para arrancar desde allí la caminata a pie.
El primer tramo del paseo va en paralelo al barranco del Prado y pronto aparece la fuente de Maderuela. Es el nombre que recibe toda la zona, que está catalogada como LIC (Lugar de Interés Comunitario). La vegetación, su buen estado de conservación y la riqueza faunística le hacen valedor de dicho reconocimiento. El de Maderuela es un encinar frondoso donde habitan jabalíes y corzos, así como muchas aves. El paseo continúa por el GR-90, pasando por las colmenas de abejas y llegando finalmente hasta las cuevas de Maderuela, próximas a la carretera y al aparcamiento.
Aunque por su extensión esta ruta es, a priori, un paseo sencillo, transcurre por senderos muy poco transitados, por lo que algunos tramos pueden resultar más complicados al estar llenos de zarzas. Por eso, esta ruta no se recomienda para hacer con niños y se aconseja llevar pantalón largo y bastones.
Los hayedos del Moncayo soriano
La cuarta propuesta discurre por la provincia de Soria, en la vecina comunidad de Castilla y León. Es un recorrido circular de diez kilómetros sin dificultad. La actividad comienza en la carretera de Vozmediano, a apenas 500 metros del límite provincial. Una cadena que impide el paso de coches marca el inicio de la caminata a pie. Desde este punto, el sanatorio de Agramonte está a un kilómetro y la cueva de Ágreda, a algo más de 13.
El sendero empleado para hacer esta ruta es un tramo del GR-260, famoso por servir como itinerario para la Calcenada, una cita anual que da la vuelta al Moncayo. En realidad, el que atañe a esta propuesta es el sendero circular PRC-SO 79, conocido como el de los Hayedos del Moncayo y que comparte trazado con el antes citado.
El primer punto de interés al que se llega es la fuente y refugio de Canalejas, un lugar perfecto para parar a descansar y comer algo. La ruta continúa por el GR y, unos cinco minutos después del desvío a Aldehuela de Ágreda habrá que girar a la izquierda por un camino naturalizado. Este tramo destaca por la riqueza floral que acompaña al senderista hasta adentrarse en el hayedo.
Esta zona dispone de carteles interpretativos que describen las características del bosque de hayas y para ver las pequeñas cascadas que caen de barranco bastará con seguir el sonido del agua. La frondosidad del hayedo se complementa con los claros del bosque, desde los que merece la pena detenerse para contemplar en el horizonte los campos de Castilla.
