Más formadas y más visibles

La educación tiene nombre de mujer

La presencia de docentes femeninas es abrumadora (son el 83% del profesorado de Primaria), y buscan desde las aulas una sociedad más igualitaria.

Profesora, madre y, cada vez más, sin anillo de casada. Así es el perfil de la mujer aragonesa según las estadísticas, y aunque se trata solo de cifras, reflejan un cambio en la sociedad que se ha agudizado en los últimos años. El Día de la Mujer lo celebrará este martes en Aragón una población femenina más formada y trabajadora que hace una década, pero con los mismos frentes abiertos: la brecha salarial y la violencia de género.

Natalia Salvo, directora del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM), tiene claro que la clave para alcanzar una sociedad más igualitaria pasa por la educación. “Juega un papel primordial desde las primeras edades de la escolarización”, señala.

Una de sus primeras medidas en el cargo fue activar un protocolo de educación, y apoyo en las aulas no le va a faltar. La presencia femenina en el cuerpo docente de la Comunidad es abrumadora, y solo en Primaria representan el 83% del profesorado, un porcentaje que alcanza el 86,7% en Educación Especial. Por contra, apenas representan el 20% de los catedráticos.

Junto a la educación, sectores como la sanidad o los servicios sociales tienen presencia mayoritaria de mujeres. Según recoge el Sistema Integrado de Información

Universitaria (MECD), el 93,8% de los estudiantes de Magisterio de Educación Infantil en la Universidad de Zaragoza (UZ) son mujeres. A esta titulación les siguen los estudios en Lenguas (83,1%), Traducción (82,9%), Psicología (82,8%) y Terapia Ocupacional (81,7%), mientras que los chicos son mayoría en las distintas ramas de la Ingeniería.

Las aragonesas son, además, mujeres más formadas. El 28% de ellas tiene una titulación superior, cuatro puntos más que los hombres, y tres más que hace un lustro. Y su porcentaje de aprobados en la educación obligatoria es mayor que el de ellos, en especial en la etapa más conflictiva de la adolescencia, la ESO.

También ha mejorado -aunque lejos de la paridad- la participación política de las aragonesas. El porcentaje de concejalas en la Comunidad se ha duplicado en dos décadas, pasando del 15,2% en el año 1995 al 29,6% del 2015, según los registros de la DGA. Una tendencia también visible en el caso de las alcaldesas, que ya tienen el 18,5% de los bastones de mando municipales, casi el triple que hace veinte años.

Representación política municipal

Concejalas

1995

15,2%

1999

18,2%

2003

21,8%

2007

25,3%

2011

27,2%

2015

29,6%
Alcaldesas

1995

6,9%

1999

9,5%

2003

12,3%

2007

14%

2011

16%

2015

18,5%

Dos generaciones

"El reto de las mujeres hoy es cómo conciliar. Es difícil compaginar todo"

Raquel Zaldívar, 38 años, profesora, madre de dos hijas y jugadora de balonmano.

Raquel empezó a jugar a balonmano a los ocho años en el colegio y tres décadas después sigue entrenando y disputando partidos. Entre medio, estudió Magisterio, aprobó la oposición, se ha casado y ha sido madre de dos hijas. Raquel Zaldívar, zaragozana de 38 años, es profesora en el colegio Gloria Arenillas y va, como tantas mujeres, "todo el día corriendo".

"Me gusta trabajar, me siento realizada"

"El reto de las mujeres hoy es cómo conciliar. Es difícil compaginar todo: la familia, el trabajo, la casa, las aficiones. Vivimos con mucho estrés y muchas prisas. Pero no me quedaría en casa. Me gusta trabajar, me siento realizada", afirma Raquel.

Ella reconoce que lo tiene un poco más fácil para conciliar, porque sus hijas (de 5 y 9 años) estudian en el mismo colegio en el que ella da clase. Aun así, sus horarios no coinciden del todo porque los profesores tienen reuniones, tutorías y horas de trabajo fuera de las clases. En su caso ayuda mucho que van a comer a casa de la abuela, que vive cerca.

"A comer a casa de la abuela"Raquel señala que uno de los grandes cambios sociales es la incorporación de la mujer al mundo laboral. "Mi madre no trabajaba fuera de casa y crió a tres hijos. Ahora nos ayuda a nosotros", apunta. Otra gran diferencia es el cambio de rol de los hombres. "Antes algunos hombres ayudaban en casa. Ahora mi marido no me ayuda, compartimos la crianza", subraya.

Parte de la crianza compartida es que los martes y jueves a las 20.30, Raquel coge la mochila y se va a entrenar con su equipo de balonmano de Cuarte de Huerva. Y los sábados toca partido. "Me gusta mucho el deporte, es una parte muy importante de mi vida. Es una vía de escape. Hay días que estoy muy cansada pero vuelvo nueva de entrenar. Te ríes, compartes tiempo con adultos, haces otra actividad", cuenta. En su equipo cuatro jugadoras son madres.

"La situación de la mujer ha evolucionado mucho"

Raquel es tutora de 5º y profesora de educación física de 5º y 6º de Primaria. "En el colegio trabajamos mucho la igualdad. No hay diferencias entre chicos y chicas. En sus casas mayoritariamente ven un reparto de tareas. La situación de la mujer ha evolucionado mucho", asegura.

"Ahora las mujeres están más liberadas pero siguen ocupándose del hogar"

Elisa Castillo Maurel, 88 años, Zaragoza. Trabajó en el sector de la confección.

Elisa tiene 88 años y ha pasado buena parte de su vida dedicándose a la confección a la vez que cuidaba de sus dos hijos. Una situación peculiar en la época en la que vivía. “A los trece años empecé a trabajar para ayudar en casa, puesto que tenía una hermana pequeña y mi madre era viuda”, señala esta zaragozana al recordar su juventud. En aquellos momentos comenzó como aprendiza de pantalonera y un año después fue contratada en una fábrica de calzado hasta que con 20 años contrajo matrimonio con Tomás.

"Mi marido me pidió que dejara el trabajo"

“En aquel momento, mi marido me pidió que dejara de trabajar para que me quedara en casa cuidando de la casa y de la familia –posteriormente tuvieron dos hijos-“, explica. Una situación que si viviera ahora quizás no se hubiera producido. “En estos momentos, las mujeres están más liberadas, trabajan, tienen su vida, aunque continúan ocupándose de la mayoría de las tareas del hogar”, recalca. Sin embargo, al poco tiempo tuvo que volver al trabajo. “Mi marido enfermó y tenía que sacar una casa adelante”, especifica.

"En el taller estábamos separadas de los hombres "

Su vida ha transcurrido entre telas y alfileres. “Tuve suerte porque cuando se me acababa un trabajo, encontraba otro con facilidad”, sostiene. De hecho para poder llegar a fin de mes además de la jornada laboral se llevaba trabajo a casa, “con lo que casi doblaba una jornada”. A pesar de su larga trayectoria profesional, nunca pudo dedicarse al corte, tarea reservada solo a los hombres. “En los talleres estábamos en salas separadas, por un lado, los hombres se dedicaban al corte y al embalaje, y nosotras a la confección. Además, ellos tenían un sueldo ligeramente superior al nuestro”, subraya.

Una situación que no ha cambiado mucho a día de hoy, puesto que sigue siendo común que existan determinados puestos a los que una mujer tiene difícil acceso y las diferencias salariales siguen estando patentes.

"Antes eramos más retraídas, todo era tabú"

En el ámbito personal, Elisa siempre fue una mujer “adelantada” a su tiempo. Le gustaba el baile, el teatro, era espontánea y no dudaba en salir con sus amigas de vez en cuando, aún así no era nada comparado con la situación de la mujer en la actualidad. “Éramos más retraídas, todo era tabú, había que estar al lado del marido… ahora las mujeres son más independientes y tienen una mayor libertad. ¡Yo lo aprendí con el tiempo!”, puntualiza.

Demandas históricas

Aumenta la brecha salarial

Las demandas históricas de la mujer aragonesa apenas han variado. Los efectos de la crisis se han hecho más palpables en una población ya de por sí afectada por las desigualdades laborales y sociales. Mientras el sueldo medio de los hombres en la Comunidad supera los 25.000 euros, el de ellas no llega a los 19.000.

Como señala Ruth Vallejo, decana de la Faculta de Ciencias Sociales y del Trabajo de la UZ, la brecha salarial se ha incrementado en España hasta alcanzar un 24% en los últimos años (25,6% en Aragón), “a causa de la crisis económica, las políticas de recortes y los cambios legislativos introducidos por la reforma laboral”. A su juicio, la consecuencia directa de esta realidad es que las mujeres “tienen una mayor desprotección social en situaciones de desempleo y mayor riesgo de pobreza en la tercera edad, de hecho las mujeres cobran un 40% menos de jubilación que los hombres”.

Aunque la tasa de paro se ha disparado en estos años de forma generalizada, la que presentan las mujeres sigue siendo mayor, del 19,9% frente al 13,3%. Además, la conciliación hace que la mayoría de los contratos parciales estén a nombre de una mujer (76,3% del total). Es una de las causas de la citada brecha salarial. Para Vallejo, “el hecho de que en nuestro país no hayamos avanzado hacia una conciliación corresponsable hace que sean las mujeres las que concilien y, por tanto, que opten por contratos a tiempo parcial o por reducciones de jornada o bien, por no asumir puestos de responsabilidad”.

Mujeres de 16 y más años en relación con la actividad económica

Año 2002

Ocupadas

34,8%

Paradas

3,6%

Inactivas

61,5%
Año 2007

Ocupadas

46,8%

Paradas

3,6%

Inactivas

49,6%
Año 2015

Ocupadas

42,2%

Paradas

10,5%

Inactivas

47,4%

Violencia de género

El otro frente de batalla que no cesa es el de la violencia de género. Su cara más visible es el de los asesinatos, como el que tuvo lugar en Miralbueno el pasado 25 de febrero en el que M. R. M. P., de 41 años, mató a su expareja sentimental, Soraya G. S., de 37 y camarera de un bar de la localidad.

Pero detrás de estos casos se esconde un drama social diario. Los juzgados de Violencia sobre la Mujer reciben cada año en Aragón más de 3.000 denuncias, y el IAM atiende en su servicio teléfono más de 300 llamadas al mes alertando de algún caso de violencia o amenazas. Quizá el cambio más importante registrado estos últimos años ha sido la incorporación de los elementos electrónicos de alarma, que las mujeres pueden activar mediante GPS en caso de emergencia. De los 41 en funcionamiento en 2010 se ha pasado a los 148 de 2015.

A todo ello se une una realidad a la que no se le puede dar la espalda. En los últimos quince años la población femenina extranjera en Aragón ha pasado de 5.395 mujeres a 66.924. Se trata de un colectivo especialmente vulnerable que además trae consigo algunas peculiaridades, como la ablación genital, que hay que abordar. Como señala Natalia Salvo, “nos cuesta mucho, por ejemplo, que las mujeres inmigrantes denuncien una situación de violencia, por una cuestión cultural de sumisión. El trabajo debe ser diferente y más intensivo, también para materias de igualdad”.

Llamadas atendidas por el Instituto Aragonés de la Mujer

Año 2014

Solicitud de información

25,26%

Maltrato físico-psíquico

27,91%

Maltrato psíquico

25,77%

Agresión sexual

1,5%

Derivaciones desde el 016

8,44%

Otros

11,11%
Autores
I. Muñoz, P. Figols y M. Sádaba / Redacción de Heraldo de Aragón
P. Ostalé / Ilustración
Rubén Torres / Diseño y maquetación
Fecha de publicación: 7 de marzo de 2016