Especial empresas familiares de aragón
La familia como valor para seguir creciendo
Las ventajas de estas empresas tienen su razón de ser en el sentimiento de pertenencia de sus miembros, que tienen como referente a sus predecesores.
"Las generaciones pasan como caen las hojas de nuestro árbol genealógico. Cada nueva flor crece y se beneficia de la fuerza y de la experiencia de los que estuvieron antes". Esta frase de la diseñadora Heidi Swapp resume en tan solo seis líneas algunas de las muchas razones que se encierran tras una empresa familiar.
La sensación de unidad, de pertenencia a la familia y de continuidad con lo que iniciaron sus padres e incluso sus abuelos y bisabuelos son los pilares sobre los que se asientan estas entidades y lo que las hace más fuertes y resistentes al paso del tiempo y los avatares sociales y económicos que surgen a lo largo de su existencia.
Según la conocida como ‘Teoría de los recursos y capacidades’, gran parte de las ventajas competitivas que demuestran las empresas familiares tienen su razón de ser en dos bases fundamentales: el control familiar de la propiedad y su organización interna. Ambos aspectos generan un conjunto de activos intangibles, que son únicos y que, al haberse generado a lo largo del tiempo, es muy complicado que otras empresas puedan imitarlos.
Entre esas ventajas se encuentra la mayor complicidad que existe entre los miembros de la empresa, que se conocen entre ellos, y esto es algo que provoca que la confianza fluya a la vez que arrancan relaciones humanas que traspasan el ámbito laboral.
Pertenecer a una empresa familiar es un orgullo para sus miembros y esto hace que todos remen en la misma dirección, tanto los propios fundadores, si todavía viven, como sus descendientes, que aportan nuevas vías de negocio y ampliación hacia otros sectores, pero sin olvidarse del liderazgo del patriarca, que es el espejo en el que se miran cuando quieren saber hacia dónde encaminan sus pasos.
Compromiso
La continuidad de la empresa es otra de las razones que hacen que sus responsables expandan el negocio en tiempos de bonanza o se unan en los momentos de mayor dificultad.
Y es en los tiempos complicados cuando se demuestra el compromiso de los miembros. Si las necesidades de la familia están en juego, hay que unirse y avanzar todos en la misma dirección, consolidando los puntos fuertes de la empresa y mejorando las debilidades. Porque solo con el esfuerzo común es posible conseguir que estas empresas pasen de generación en generación y sean una fuente de riqueza y empleo para todo el país.
