Este es el nuevo límite que la DGT quiere establecer en las ciudades

En 2019, más de 500 personas fallecieron a causa de un accidente de tráfico en la ciudad, un 6% más con respecto al año anterior. Más en concreto, un 82% de los fallecidos en vías urbanas fueron usuarios vulnerables, es decir, peatones, ciclistas y motoristas. Como ocurre en las carreteras, la velocidad es en buena parte responsable de estas cifras, por lo que establecer intervenciones de seguridad vial en este ámbito es una de las medidas más eficaces para su disminución, tal y como avalan diferentes organismos supranacionales y demandan además entidades como la Federación Española de Municipios y Provincias y ayuntamientos de grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza o Málaga.

Para lograr este objetivo, reducir la cifra de accidentes y crear un modelo de circulación más seguro en las ciudades, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha una nueva normativa que se aplicará a toda España: reducir a 30 kilómetros por hora la velocidad en las vías urbanas de un único carril por sentido. El proyecto normativo propone la reducción de la velocidad genérica como una medida de equilibrio entre la seguridad y la movilidad en vías urbanas y con efecto directo en la reducción de los accidentes de los usuarios vulnerables, no suponiendo una mayor ralentización del tráfico.

"Reducir la velocidad supone un impulso al calmado del tráfico y la protección a los usuarios vulnerables, favorece una convivencia segura entre peatones, bicicletas, motocicletas, vehículos de cuatro ruedas, así como los nuevos vehículos que surgen en las ciudades, como respuesta a la movilidad urbana", explican desde la DGT. 

Por qué a 30km/h

"El riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello es del 90% a 50 km/h y se reduce al 10% si la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h", señalan en la DGT, como uno de los principales motivos por los que se establece esta nueva limitación de velocidad.

Por otra parte, los sistemas de seguridad para peatones que incorporan algunos vehículos son mucho más eficaces a 30 kilómetros por hora que a 50 (limitación actual) y a esta velocidad inferior, la distancia que se necesita para detener el vehículo se reduce a la mitad. Así, en caso de producirse un accidente, y ante un frenazo rápido por parte del conductor, la probabilidad del impacto sería mucho menor. Además, en aquellos lugares donde ya se ha puesto en marcha esta limitación y se ha podido evaluar la siniestralidad de las zonas 30, se ha comprobado que la reducción de los accidentes ha superado el 40% con respecto al período anterior a esta limitación.

Esta normativa no solo supone una reducción del tráfico, sino que contribuirá a crear un entorno más seguro en las vías que impulsará los desplazamientos en medios activos (a pie y en bicicleta), impulsando así una movilidad más sostenible dentro de las ciudades.