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De Alfaro a Ezcaray: una ruta gastronómica para descubrir La Rioja

Una región de generosa materia prima, de grandes vinos y que vive una revolución gastronómica en la que confluyen generaciones de cocineros y de propuestas, que aúnan lo mejor de los fogones tradicionales y de las cocinas con estrella.

Estos son los tres pilares que definen la gastronomía de La Rioja, convirtiéndola en el territorio enogastronómico por excelencia. Para descubrirla, y conocer al mismo tiempo los tesoros naturales y culturales de esta región, nada mejor que atravesarla de este a oeste, pues en cualquiera de sus rincones, el visitante puede encontrar un producto, una receta o un restaurante con el que disfrutar a través del paladar.

En La Rioja Baja, las huertas riojanas llenan las despensas con una amplia variedad de verduras y hortalizas, como las alcachofas, el cardo, la coliflor o la borraja, sin olvidar las peras de Rincón de Soto. Imprescindible resulta también su golmajería, dulces de origen árabe, como los fardelejos de la localidad de Arnedo, los famosos mazapanes de Soto, los pasteles rusos de Alfaro o los rollos y manguitos de Cervera de Río Alhama.

Sin prisa y con mimo se elaboran los quesos artesanos con leche de la zona de Cameros y con el mismo cuidado, en el Valle del Iregua, se recolectan excelentes frutas como las ciruelas de Nalda o las cerezas de Albelda. Tierra de sierras y de pastores, de los pastos del parque natural Sierra de Cebollera se obtienen buenas carnes gracias al ganado ovino, bovino y caprino de las zonas de montaña lo que permite disfrutar de algunas de sus preparaciones más populares como las chuletillas asadas con los sarmientos secos de las vides, el cordero en caldereta, los embuchados, los asados a la panadera o el famoso cabrito asado.

En Logroño, la capital, confluyen buena parte de los restaurantes más premiados de la comunidad: Kiro Sushi, dirigido por el chef Félix Jiménez, con una estrella Michelin y dos Soles Repsol; Ikaro, con una estrella Michelin y un Sol Repsol que reconocen el trabajo de sus chefs, Carolina Sánchez e Iñaki Murúa; y La Cocina de Ramón y Juan Carlos Ferrando, ambos con un Sol Repsol. Muy cerca de la ciudad, en Daroca de Rioja, se encuentra Venta Moncalvillo, bajo el mando del chef Ignacio Echapresto y distinguido también con una estrella Michelin y dos Soles Repsol. En Fuenmayor, se encuentra el restaurante Alameda, con un sol Repsol.

Ya en La Rioja Alta, se preparan excelentes carnes procedentes de la sierra de la Demanda, y destacan otros productos como el pimiento najerano, las nueces de Pedroso y las pochas blancas o los caparrones de Anguiano o Santurde, base de los platos de cuchara bien “allegados” con pan sobado de La Rioja y regados con algún vino de la tierra.

En Ezcaray, se encuentran los fogones de Francis Paniego, al frente de El Portal de Echaurren, con dos estrellas Michelin y tres Soles Repsol; y Echaurren Tradición, con un Sol Repsol. Se encuentra también en esta zona Casa Masip, también en Ezcaray; La Vieja Bodega, en Casalarreina y Casa Toni, en San Vicente de la Sonsierra, todos ellos con un sol Repsol.

Así, La Rioja invita a disfrutar de una tierra que hay que vivir, catar y paladear con calma. Una oportunidad única para encontrarse y reconectar con un refugio excepcional donde disfrutar de los mejores vinos y de una deliciosa gastronomía que nos transporta a sinceros sabores marcados por la tradición de una de las más prestigiosas regiones vitivinícolas del mundo.

Bluemedia Studio para La Rioja Turismo – Textos: Nerea Tirado – Diseño web: Pablo J. Calahorra Subías