Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

CERCANÍAS

Un tren para cuatro viajeros

Los pocos usuarios de las cercanías en Zaragoza (Miraflores-Casetas) destacan la comodidad y la rapidez, pero critican que los horarios no se ajustan a las necesidades. A algunas horas el tren va casi vacío.

Estación de Cercanías de Casetas
Un tren para cuatro viajeros
P.F.

Viajar en la línea de cercanías de Zaragoza (Miraflores-Casetas) es rápido, cómodo y muy solitario. A determinadas horas, el tren va prácticamente vacío y los viajeros se quejan de que los horarios y frecuencias no son adecuados. También hay críticas por la ubicación de las estaciones de Miraflores (en un entorno de descampados sin urbanizar) y Casetas (a un kilómetro del barrio).


Poco antes de la visita institucional (con el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán; el presidente de ADIF, Antonio González, y el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch) a las obras de la estación de Goya, HERALDO.es se ha subido al tren. Este es el relato de un viaje en Cercanías, con salida a las 9.40 de Miraflores y llegada a las 10.04 a Casetas, solo con tres viajeros en todo el trayecto (más la periodista y el vigilante de seguridad).

Miraflores, 9.40

“Próxima salida con destino Casetas”. La megafonía retumba en la estación vacía de Miraflores. No hay nadie, ni viajeros ni trabajadores. La nueva estación se alza en mitad de un descampado, junto al centro deportivo La Granja, lejos de las viviendas de San José y cerca de la ubicación prevista para el futuro estadio de fútbol.


Llega el tren con dos viajeras: dos estudiantes de Casetas que van a la Facultad de Veterinaria. “A nosotras nos viene bien el Cercanías para ir a clase, pero lo coge poca gente. El tren de las ocho de la mañana tiene más viajeros. Lo malo es que en Casetas la estación está muy alejada del centro”, comentan Lucía y María Cartagena.


El tren de las 9.40 sale de Miraflores con una única viajera (la periodista) y se dirige hacia el Portillo. Pasa sobre el Huerva y bajo el cruce de Goya. A principios de 2012 está previsto que terminen las obras de la nueva estación de cercanías de Goya, con una inversión de 44 millones de euros, según fuentes del Ministerio de Fomento. Se espera que la apertura de esta terminal sirva para reactivar la línea.

El Portillo, 9.45

En El Portillo sube una mujer. Es profesora en el instituto de Casetas, vecina de Zaragoza y usuaria ocasional de la línea. “Normalmente entro a trabajar a las 8.30 y los horarios del tren no me van bien. El servicio es estupendo, pero vamos muy poca gente. El viaje es más rápido y agradable que en autobús. Si reforzaran algunos horarios, a primera hora y a mediodía, lo cogería más gente”, afirma Ana Sánchez.


También se queja de que el abono de diez viajes (8,10 euros) solo tenga validez para un mes, un límite que no tienen otros títulos de transporte urbano como la tarjeta bus. Ana critica el entorno de la estación de El Portillo, en obras. Y comenta el malestar de los viajeros cuando Renfe cambió el año pasado los vagones nuevos por unos usados procedentes de Cataluña (los carteles del tren están en catalán y castellano).

Delicias, 9.52

En la estación intermodal suben dos viajeros. “No suelo ir en tren porque por mi trabajo necesito el coche. Hoy he dejado el coche en el taller en Zaragoza y ahora vuelvo a casa. El problema del cercanías es que los horarios no se ajustan a las necesidades de la gente”, afirma un vecino de Utebo.


El primer tren sale de El Portillo a las 6.40 y llega a Casetas a las 6.57. En sentido contrario, el primero parte a las 7.10 y llega a Miraflores a las 7.31. Por la noche, el último tren sale de Miraflores a las 22.00 y de Casetas, a las 22.30. La frecuencia varía: a primera hora pasa cada 30 o 35 minutos, pero luego la espera es de una hora.

Utebo, 10.00

Bajan dos viajeros y no sube nadie; solo queda la profesora. La estación de Utebo está céntrica, dentro del casco urbano del pueblo, al contrario que en Casetas.

Casetas, 10.04

Fin de trayecto. Baja la última y única viajera. La estación es nueva, pero faltan servicios: no hay personal en la ventanilla, no hay una sala de espera, ni un cajero o una máquina de bebidas. A la salida hay un aparcamiento y una pasarela para salvar las vías. A lo lejos se ve Casetas.