Como decíamos ayer

Un cuarto de siglo de reivindicaciones en el Actur

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Un cuarto de siglo  de reivindicaciones en el Actur
Un cuarto de siglo de reivindicaciones en el Actur

En 1985, el Actur eran muchos descampados, huertas en Ranillas, unos bloques de viviendas en Kasan y otros cercanos a la autopista, en Pablo Iglesias y Margarita Xirgú. Sin colegios, sin centros de salud, sin Grancasa y con autobuses cada hora. Ese año nació la asociación de vecinos Puente de Santiago, que esta semana celebra su veinticinco aniversario con una serie de actos festivos y reivindicativos.

"Aquí no había nada. Vivo en Margarita Xirgú y desde mi portal se veía el Pilar. Ha habido que luchar por todo: autobuses, centros de salud, centros deportivos? Durante un par de cursos utilizamos los bajos de las casas como escuela provisional, porque los chicos no cabían en el colegio Hermanos Marx. Y llegamos a montar marquesinas nosotros mismos con toldos", recuerda Julio Murillo, el actual presidente de la asociación (el primero, en 1985, fue Tomás Macipe). Julio tiene 53 años y lleva 26 en el barrio.

El Actur nació en los despachos del final del franquismo. En varias ciudades se aprobaron en los años 70 decretos de Actuación Urbanística Urgente (el acrónimo dio nombre al barrio) para ganar zona urbanizable para viviendas. En Zaragoza, el plan urbanístico del Actur se aprobó en 1971.

Los primeros vecinos llegaron a principios de los años ochenta a los bloques de las calles de Pablo Iglesias y Margarita Xirgú (Kasan era una 'isla' que se había construido unos años antes). En 1985 nació la asociación de vecinos Puente de Santiago, que tiene su sede en Margarita Xirgú, para canalizar las demandas vecinales.

"Era un barrio sin servicios. Primero construyeron las viviendas y dejaban para más tarde los equipamientos. Ha ocurrido lo mismo en Parque Goya y Valdespartera, y pasará también en Arcosur. Parece mentira que no aprendan", afirma Alberto Andrés, de 57 años, coordinador de la comisión de Salud de la asociación. Al principio, los vecinos del Actur debían ir al ambulatorio del Arrabal. "Nos ha costado mucho, pero ahora tenemos tres: el Actur Norte (que está siendo reformado), el Actur Sur y el Amparo Poch. El de Parque Goya está terminado pero aún no lo han abierto", explica Alberto, que lleva trece años en el barrio.

La asociación ha sido especialmente combativa contra "la especulación urbanística". El eje central (la zona conocida como 'la Salchicha') se diseñó para equipamientos, pero el Ayuntamiento recalificó los terrenos. Y donde primero se dibujó un hospital, después se instaló el Pryca (hoy, Carrefour), en 1990. Más tarde llegaría Grancasa.

"El barrio ha mejorado mucho gracias a la lucha vecinal. Pero siguen faltando cosas: más plazas para mayores y escuelas infantiles", apunta Asun Gulina, de 57 años, secretaria de la asociación y vecina del Actur desde hace 19. "El papel de la mujer en el movimiento vecinal ha sido fundamental", recuerda Asun. La asociación organiza cursos para mujeres y abrió un punto de apoyo para maltratadas hace diez años.

La asociación entregará el viernes sus premios: al Mérito ciudadano, al colectivo Pedalea y, al Demérito, al concejal de Grandes Proyectos, Jerónimo Blasco.

Por un centro de mayores: Los vecinos pedían un centro de mayores, en Gómez de Avellaneda. El proyecto estuvo años parado y la asociación celebraba simbólicamente la colocación de la primera piedra (en la imagen, la sexta e esas 'celebraciones'). Finalmente, se inauguró en 2009.

Contra la segunda gasolinera. Los vecinos se oponían a la instalación de una nueva gasolinera en el aparcamiento de Carrefour, a solo 50 metros de otra que ya daba servicio. Pero Urbanismo aprobó la licencia y la gasolinera está funcionando.

Contra la discoteca. Esta batalla sí la ganaron. La asociación se oponía a la apertura de una discoteca en el local del restaurante El Corral del Pollo, en la avenida de María Zambrano. Se manifestaron y recogieron 10.000 firmas. La parcela está destinada a equipamientos culturales.