PERSECUCIÓN TEMERARIA

Un conductor sin puntos atraviesa la plaza de los Sitios, repleta de niños, al huir de la Policía

Tras ser detenido por circular a 70 km/h, se dio a la fuga arrastrando a un agente por Cesáreo Alierta y solo dejó el coche al sufrir un reventón. En la larga persecución, pasó apenas a dos metros del área de juegos infantiles de la plaza sin llegar a atropellar a nadie "de milagro".

Un conductor sin puntos atraviesa la plaza de los Sitios, repleta de niños, al huir de la Policía
Un conductor sin puntos atraviesa la plaza de los Sitios, repleta de niños, al huir de la Policía
HERALDO

"De película". Así es como definieron ayer varios testigos la persecución policial de un conductor con el carné retirado que llegó a atravesar la plaza de los Sitios cuando estaba repleta de niños. Otros hablaron directamente de "milagro" porque Miguel S. L., de 56 años, pasó a gran velocidad a escasos dos metros del área de juegos infantiles de la plaza sin atropellar a nadie en plena 'hora punta' escolar, a las 17.20. No obstante, su temeraria actitud sí tuvo consecuencias, ya que tres agentes tuvieron que ser atendidos de heridas leves tras ser reducido.

Miguel S. L. pasó la noche en los calabozos del cuartel de Domingo Miral y hoy pasará a disposición judicial, asistido por el despacho de abogados de Javier Notivoli. Se le imputan tres presuntos delitos contra la seguridad vial, por resistencia a la autoridad y conducción temeraria.

La larga persecución comenzó en Cesáreo Alierta cuando al infractor, reincidente y que hace tan solo 23 días ya fue detenido por circular a 76 km/h por la ciudad, se le dio el alto tras ser cazado de nuevo a 70 km/h. Cuando iba a ser sometido a la prueba de etilometría, aprovechó para emprender la huida marcha atrás, con uno de los agentes atrapado en la ventanilla del monovolumen Kia Carens que conducía. "Lo arrastró unos 25 metros, pero solo sufrió heridas leves, de las que fue tratado en la MAZ", señalaron fuentes oficiales de la Policía Local.

Tras zafarse del agente, emprendió una alocada carrera por el túnel de Cesáreo Alierta, desde el que se dirigió hacia el paseo de la Mina. En ese punto se dio cuenta de que le seguía un coche patrulla, alertado por radio, por lo que cruzó la mediana para cambiar de dirección. Tras recorrer la calle de Mefisto, optó por atravesar la plaza de los Sitios en vez de seguir recto en su intención de dejar atrás a sus perseguidores. Se subió a la zona adoquinada y pasó a escasos dos metros de la zona de juegos infantiles.

A punto estuvo de chocar contra las palmeras de la plaza y contra una de las farolas, pero solo se detuvo en la calle de Sanclemente, a la puerta del restaurante La Ontina del Gran Hotel. Había reventado la rueda delantera, por lo que optó por abandonar el monovolumen y continuar a pie.

Los numerosos padres que estaban reunidos en la plaza no dieron crédito a lo que vieron. Uno de ellos, Carlos Ortiz, estaba en uno de los bancos y no pudo hacer nada por retirar a su hija, que se encontraba con unos amigos en el aparcamiento de bicicletas. "El monovolumen y el coche patrulla pasaron junto a ella antes de atravesar el parque por la zona ajardinada frente a los juegos infantiles. Ayer mismo -por el martes- jugaban varios niños en el césped, por lo que se podrían haber llevado por delante a dos o tres. Realmente ha sido un milagro", indicó.

Otra madre, María Beltrán, cuestionó que incluso los agentes invadieran la zona peatonal. "Los dos coches debían circular a unos 50 km/h en esos momentos, lo que supuso todo un peligro. Podría haber acabado en una masacre", apostilló, al igual que otro padre.

Una segunda patrulla policial se unió a pie a la persecución, que finalmente acabó con Miguel S. L. reducido en el entorno de la plaza de los Sitios tras presentar una gran resistencia a base de patadas y puñetazos. "Parece mentira, porque iba bien vestido, con corbata", dijo uno de los policías que participó en el operativo, que generó una gran expectación ciudadana.

Tras ser sometido a una prueba de etilometría, arrojó una tasa de alcohol de 0,15 miligramos por litro de aire espirado, por debajo de los límites legales. No obstante, la Policía Local decidió extrarle sangre para saber si había consumido algún tipo de estupefaciente.