Las instalaciones

Solo dos de las seis viejas estaciones de bus se han 'reciclado' tres años después

La terminal de Autobuses Jiménez se transformó en supermercado y la de Automóviles Zaragoza reabrirá en 2011 como cuartelillo de FCC. .El resto siguen abandonadas por el parón inmobiliario, salvo la de Ágreda, en la que se pretende levantar una veintena de viviendas.

Solo dos de las seis viejas estaciones de bus se han 'reciclado' tres años después
Solo dos de las seis viejas estaciones de bus se han 'reciclado' tres años después
ESTHER CASAS

Fueron un foco de vida durante años con el trasiego diario de miles de personas, pero ahora languidecen a la vista de toda la ciudad. Las viejas terminales de autobús de Zaragoza cerraron sus puertas hace poco más de tres años tras la puesta en servicio de la estación central de Delicias, pero desde entonces solo dos de las seis instalaciones han logrado 'reciclarse' para otro tipo de actividad. La actual crisis y el parón inmobiliario han provocado que el resto sigan cerradas a cal y canto, con evidentes signos de abandono exterior.La excepción que confirma la regla es la estación que tenía la empresa riojana Autobuses Jiménez en la calle de Juan Pablo Bonet. No queda ni rastro de que allí salieran autobuses a Logroño, Teruel o Valencia, ya que un supermercado Simply resplandece en amarillo, trasladado desde la vecina calle de Vasconia tras la celebración de la Expo.

En unos meses tomará el relevo la cochera que tenía Automóviles Zaragoza en la calle de Castellví, de donde partían los autobuses de la línea de Teruel y también tenían refugio vehículos de otra empresa del grupo, Aragón Tours. Un grupo de operarios trabaja incluso en agosto en el acondicionamiento de la gigantesca nave, en cuya cubierta se ha tenido que intervenir para su futuro uso como cuartelillo de las brigadas de la limpieza pública de la ciudad.

La contratista, FCC, prevé ocupar las nuevas dependencias, con las que cubrirán parte del centro, a principios del próximo año, según explicó el director del área norte de la compañía, Manuel Liébana. El interés por ocupar esta cochera, bocacalle de Hernán Cortés, está en dar una "mejor y más rápida" respuesta a las necesidades de limpieza, con la que el número de cuartelillos ronda ya la veintena.

Mientras tanto, el local de la calle de Almagro que hacía las veces de vestíbulo y sala de espera se vende o alquila. Un teléfono de contacto preside las cristaleras, sin que se vea ningún movimiento en los últimos meses. En ambos casos, los dueños de Automóviles Zaragoza vendieron y trasladaron la sede del grupo al polígono El Portazgo.

Proyecto fallido

Una suerte muy distinta han corrido las dependencias que ocupaba Therpasa en régimen de alquiler en la calle de José María Lacarra. Compuesta por cuatro naves, está reformada por completo en su interior gracias a la iniciativa de un grupo inmobiliario aragonés que pretendía convertir la terminal en su sede. Sin embargo, la crisis dio al traste con esta iniciativa al pasar esta firma por graves problemas financieros que le obligaron a abandonar el proyecto. "Hicieron una fuerte inversión, pero no se llegaron a trasladar", recordó el máximo responsable de Therpasa, José Miguel Hernández, quien se ocupa también de las gestiones de arrendamiento por petición de la propiedad.

José Miguel Hernández consideró que con la actual coyuntura no se logra alquilar "ni de broma" a los precios reales de mercado. "Han preguntado varios, pero no es cuestión de regalar. Y también han pasado las grandes cadenas de distribución", manifestó.

A la crisis se une en Zaragoza una sobreoferta de metros cuadrados de oficinas y supermercados, lo que hace aún más difícil darle una salida a las estaciones, que se sitúan en el centro de la ciudad y en sus arterias. Es el caso de los gigantescos bajos que ocupaban Autobuses Cinco Villas y Conda en la avenida de Navarra. Fueron de los últimos en echar el cierre, pero la imagen que transmiten las dependencias es de auténtico abandono.

La suciedad se acumula en su interior, que se puede apreciar a través del cristal roto de la puerta que daba acceso al quiosco y a las taquillas. La propiedad también ha atendido a empresas interesadas, entre ellas una de alquiler de vehículos, pero tampoco se ha llegado a ningún acuerdo.

Una imagen similar transmite la principal estación que tenía Zaragoza hasta la apertura de la intermodal, la de Ágreda Automóvil, aunque su reconversión está más que encaminada. La compañía proyecta construir una veintena de viviendas en su antigua estación de autobuses, para lo que cuenta con licencia para reconvertir las antiguas oficinas contiguas a las cocheras, en el portal 1 de la calle de Elvira de Hidalgo (antes denominada Capitán Esponera).

La pretensión es ampliar la edificación a la zona de las cocheras, un espacio rodeado de viviendas que verían cómo se levanta un bloque de pisos donde ahora tienen un patio interior. La oposición del vecindario es rotunda, pero la última palabra la tiene el Ayuntamiento al depender del área de Urbanismo la aprobación del proyecto básico.

La misma compañía de transportes posee otra estación en la avenida de Valencia, de las que salían las líneas interurbanas. Tampoco registra actividad desde hace meses, aunque sí existe la idea de reconvertir las dependencias, situadas junto a una gasolinera, en un aparcamiento.

La reconversión parecía muy clara, ya que se plantearon construir tres plantas y crear un pequeño espacio comercial encima, cuya superficie se podría arrendar para un negocio o para varios. Ágreda Automóvil llegó a tramitar los permisos, pero no se ha vuelto a saber nada casi dos años después. Este negocio tenía visos de funcionar, ya que en la zona de la avenida de Valencia y adyacentes tiene un claro déficit de plazas de aparcamiento al haber pocas fincas con garaje.

Enjugar las pérdidas

La venta o arrendamiento de las estaciones garantizarían unos ingresos sustanciales a las compañías de transporte por carretera, que en la explotación de las líneas rurales acumulan unas pérdidas valoradas en cuatro millones de euros por el propio sector.

Según el presidente de la Asociación Empresarial de Transportes Interurbanos de Viajeros en Autobuses de Aragón (Aetiva), Juan Calvo, los ajustes realizados en las concesiones por la reclamación empresarial permitirá reducir los costes "entre un 10%y un 15%". De hecho, apuntó que 42 de las 60 concesiones eran deficitarias.

Además, los empresarios reiteran que el traslado a la estación intermodal de Delicias supuso una pérdida sustancial de viajeros de la que aún no se han logrado recuperar.