El Ayuntamiento y su fundación han organizado unas jornadas orientadas a la gestión cultural con especialistas internacionales de primer nivel. ¿Qué es la fundación Kreanta?

Es una iniciativa surgida de la sociedad civil que apuesta por la sostenibilidad, al margen de los cambios en las administraciones, y por la itinerancia. Eso genera una mayor complejidad pero a la vez es muy rico. El objetivo es abordar la centralidad de la cultura en el desarrollo de las ciudades pero con profesionales de todos los sectores. En España se ha dado excesivo protagonismo a lo público. Es algo que se empieza a reconocer. En algunas ciudades y comunidades solo hay el desierto al margen de lo público.

¿Por qué se ha elegido Zaragoza?

Hubo competencia, pero Zaragoza fue de las primeras en explicitar su interés por acoger las jornadas. El entorno de su área de cultura está muy presente en las redes españolas y latinoamericanas y eso ayuda. Zaragoza ha hecho una apuesta clara por la cultura, destinando recursos y proyectos e infraestructuras al desarrollo de la cultura y es una ciudad referente en una macrorregión. También ha habido una transformación del espacio público de calidad.

¿La ciudad ha rentabilizado la Expo 2008?

Todos los estudios incorporan elementos previos y post. En los previos el activo de Zaragoza es muy grande porque generó un nivel de inversión pública y una creación de infraestructuras muy importante, ayudando a crear la marca Zaragoza. Sobre el post se debería medir con precisión y sería deseable que se hiciera ese ejercicio. Glasgow por ejemplo lo hizo en su día.

Se ha criticado que Zaragoza ha estado ahora prácticamente ausente en la Expo de Shangai.

El gran reto es que ciudades intermedias como Zaragoza tendrían que forjar alianzas para competir en el mercad global. Hay que buscar sinergias y olvidarse de 'mi' proyecto. Y se puede competir con tu propia marca o con otras, como la de Pirineos. Además, estamos en un entorno muy competitivo y no todas las propuestas tienen éxito. También Aragón necesita alianzas con la Eurorregión, el sur de Francia... habría que fomentar esa cooperación para poder competir, identificando su ADN propio. El gran valor es su entorno natural.

La cultura es un sector sensible en época de crisis.

Sí, a la cultura le ha tocado pagar su propio canon. Desde mi punto de vista, la cultura tenía que haber sido más activa en legitimar la importancia de la inversión en sus actividades. La crisis tiene que servir para repensar la asignación de recursos... Se tendrán que introducir elementos hasta ahora no muy presentes en la acción cultural como una mayor evaluación de los impactos, de qué manera modifican los hábitos de consumo, genera una población más formada...

El debate político y social en España está muy centrado en las comunidades autónomas, ¿cuál es el papel de las ciudades ante ese planteamiento?

El futuro es de las ciudades. Cada vez hay más población viviendo en ellas. Y son ellas las más próximas a los ciudadanos en las políticas y por tanto los gobiernos locales son los que tienen más capacidad para transformar los territorios. Hay que buscar sinergias. Una característica del desarrollo cultural en España ha sido la poca articulación entre diversos niveles administrativos y entre diversos territorios.