Paseo por los bosques desconocidos

En la ciudad hay 20 sotos de ribera de gran riqueza ambiental y poco conocidos. ANSAR ?a través de su proyecto VoluntaRíos- reivindica su cuidado y disfrute, y va a organizar una macrolimpieza en el soto de Villarroya.

Vista del soto de Villarroya
Paseo por los bosques desconocidos de Zaragoza
P. F.

En el entorno de Zaragoza, a unos minutos a pie, bici o coche, hay pequeños paraísos verdes a la orilla del Ebro, donde no se oye un coche y prácticamente no se ve a nadie. Según un estudio de la Universidad de Zaragoza –en colaboración con el Ayuntamiento- hay 20 sotos o bosques de ribera a pocos kilómetros de la ciudad.


En el Año Internacional de los Bosques, ANSAR –a través de su programa VoluntaRíos- quiere dar a conocer estos sotos y reivindica un mayor cuidado de estos espacios verdes. Unos son muy populares y se puede llegar incluso con autobús urbano, como el Parque del Agua (soto de Ranillas) o el galacho de Juslibol. Otros son más inaccesibles y están prácticamente abandonados, como el de Alfocea o el de Villarroya.


Macrolimpieza en el soto de Villarroya

Al soto de Villarroya (en la margen izquierda del Ebro, cerca de Movera) se accede por un camino desde Movera hasta llegar bajo el puente del Cuarto Cinturón. «Es un soto muy bonito pero está muy degradado. Acumula toda la basura y suciedad que arrastra el río de la ciudad», afirma Mariano Mérida, coordinador de la Asociación Naturalista de Aragón (ANSAR)-VoluntaRíos.


La parte más cercana al río es un auténtico vertedero. Se pueden ver botellas de plástico o de cristal, corchos, restos de embalajes, televisores, cocinas, sofás, zapatillas y hasta un pingüino de la Expo. Y no es solo lo que se ve: escarbando un poco bajo tierra, hay metros de basura cubierta de tierra y hojas.


ANSAR-VoluntaRíos ha organizado una macrolimpieza de este soto para el domingo 8 de mayo, en colaboración con la Asociación Dos Ríos de Movera, la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza y algún otro colectivo. Esperan sacar toneladas de basura.


«Nuestra actuación será un acto simbólico que sirva de ejemplo y denuncia. Pero hace falta mucho más. Tiene que haber una gestión de mantenimiento de los sotos, ahora no se hace nada. La CHE, el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón (que también tiene competencias, porque es quien ha declarado estos bosques Lugares de Interés Comunitario) deberían coordinarse», señala Ismael Sanz, coordinador del proyecto VoluntaRíos.


Desde ANSAR-VoluntaRíos también proponen pequeñas actuaciones que mejorarían mucho la limpieza de los sotos. «Hay que actuar desde distintos frentes: evitar las papeleras en la orilla del río, porque las riadas se llevan toda la basura y acaba en los sotos aguas abajo de Zaragoza; controlar los corchos y los envases de fitosanitarios que se utilizan en la agricultura, y crear brigadas específicas de limpieza en los sotos, como existe en las riberas en Zaragoza», apunta Ismael Sanz.


La basura se queda en la orilla. Y unos metros más adentro, pasear por el soto es como hacer un viaje a otro país: praderas, bosques frescos (la temperatura puede bajar en verano hasta 10 grados respecto al centro de la ciudad, según VoluntaRíos), más de 200 especies de pájaros, anfibios, reptiles y mamíferos. «Disponer de estos espacios verdes tan cerca de la ciudad es un lujo. Es una pena que los ciudadanos no los conozcan», afirma Mariano Mérida.


ANSAR-VoluntaRíos está preparando un proyecto para poder visitar algunos sotos cercanos a Zaragoza: Cantalobos (al final de las Fuentes), la Cartuja, Ranillas, Partinchas (Juslibol), Isla de Santa Margarita (Monzalbarba), Villarroya y Picatiel (cerca del anterior).


Inventario de Espacios Naturales del municipio de Zaragoza realizado por la Universidad de Zaragoza por encargo del Ayuntamiento. La explicación es de ANSAR-VoluntaRíos: