SALUD

Primeras quejas por los ruidos del tranvía

Vecinos de Fernando el Católico llevaron ayer al Ayuntamiento y a la DGA registros de mediciones que incumplen la ordenanza.

Primeras quejas por los ruidos del tranvía
Primeras quejas por los ruidos del tranvía

La comunidad de vecinos de Fernando el Católico número 8 registró ayer en el Ayuntamiento de Zaragoza y la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón las primeras quejas por el ruido que genera el paso del tranvía. Los escritos van acompañados de hasta cuatro mediciones policiales en el interior de los hogares que corroboran que el sonido registrado supera los niveles autorizados en la ordenanza municipal de protección contra el ruido y las vibraciones.


Fuentes de Los Tranvías de Zaragoza señalaron ayer, sin embargo, que el nuevo medio de transporte cumple perfectamente la normativa vigente y ofrecieron sus propios datos y mediciones. La empresa asegura que «incorporar el tranvía al tráfico ha reducido 3,6 decibelios el ruido que antes había en la zona», como consecuencia -esencialmente- de la supresión de muchas líneas de autobús y del menor volumen de coches que actualmente recorren el trazado.


Aunque los vecinos denunciantes pensaron en un comienzo que los mayores niveles de ruido tenían que ver con las aceleraciones y frenados del Urbos, Los Tranvías replican que estas operaciones se hacen de forma suave y que existen «claves de confort acústico» como el sistema de engrase de pestañas (el contacto de la rueda con la vía).


Las mediciones de la Policía se realizaron en diferentes días y a diversos tramos horarios. La última de ellas, incluso, se produjo en una vivienda interior sin ventanas a Fernando el Católico. En todos los casos los resultados incumplieron lo descrito en las ordenanzas, si bien es cierto que el mismo texto normativo especifica en su artículo 41 que «se excluye de estos límites al ruido ambiental del tráfico de fuentes naturales».


Los residentes de Fernando el Católico aseguran que su queja viene también respaldada por otros vecinos de Gran Vía, Valdespartera o, incluso, de la zona de Vía Ibérica donde, aunque las viviendas están más alejadas del trazado, el tranvía roza el límite al que tiene permitido circular, los 50 kilómetros por hora. Los responsables de la queja interpuesta dicen que el ruido es un perjuicio para su salud y descanso, y solicitan al Ayuntamiento que solucione el problema. Además, certifican con documentos que el ruido que transmite el paso de un autobús urbano es casi diez decibelios menor al que produce el tranvía e instan al Consistorio a que revisen la obra porque «algo se ha hecho mal». De hecho, conscientes de que el tranvía funciona de forma muy silenciosa en otras ciudades, solicitan al Ayuntamiento el expediente completo del proyecto de impacto de ruidos y vibraciones.


Avisos acústicos. Por la noche, entre las 22.00 y las 8.00, el tranvía no hace sonar su campana y sustituye los avisos acústicos por ráfagas de luz en caso de emergencia. También se ha atenuado la megafonía.