Más de 5.000 funcionarios del Consistorio, llamados a votar en las elecciones sindicales

Un total de 5.186 funcionarios están llamados hoy a votar en las elecciones sindicales para constituir la nueva Junta de Personal del Ayuntamiento de Zaragoza. La cita con las urnas es en la primera planta del edificio del Seminario (Vía Hispanidad, 20) y las mesas permanecerán abiertas entre las 8.00 y las 18.00.

Este 2011 serán 31 los delegados que habrán de elegirse, dos más de lo que estaban en juego en 2007, en unos comicios en los que salió victorioso CSL-CIPOL. Este sindicato, que acostumbra a acumular votos de la plantilla de la Policía, obtuvo entonces 7 delegados, mientras que UGT quedó como segunda fuerza al conseguir 6 representantes. CC. OO. y OSTA lograron 5 delegados cada uno, mientras que la confederación CGT y el sindicato CSI-CSIF empataron a tres.

Todos los aspirantes coinciden en señalar que las elecciones de 2011 son, si cabe, más importantes que las de hace cuatro años porque la coyuntura económica ha cambiado de forma radical y porque se han producido lo que algunos portavoces tildan de «ataque al funcionariado». Así, los recortes sociales han aparecido una y otra vez como trasfondo de la campaña y los discursos electorales se han centrado en medidas como el recorte de los sueldos en un 5% que decretó el Gobierno con sus medidas de ajuste en mayo de 2010 o la polémica reforma de las pensiones y el retraso en la edad de jubilación a los 67 años.

De hecho, en los diversos programas se destaca -prácticamente de forma unánime- la necesidad de defender la dignidad de los empleados públicos (con medidas como cubrir las bajas por jubilación o por larga enfermedad de las contratas) y no externalizar el trabajo que los empleados públicos pueden realizar con una mayor calidad de servicio. También en la mayoría de líneas programáticas se incluyen otros aspectos relativos a facilitar la promoción interna o a tomar medidas que permitan conciliar la vida laboral con la familiar.

Permiso de tres horas y media

Los representantes de los trabajadores temen, sin embargo, que el descontento o el desánimo derivado por los ajustes y la cruda realidad económica se traduzca hoy en un alto índice de abstención, lo que contrastaría con la participación de 2007, que superó el 79%. Algunos advierten, precisamente, de que los cuatro años que vienen también «se presumen duros», por lo que llaman a movilizar al funcionariado que, según lo descrito en el reglamento, dispondrá hoy de tres horas y media de permiso para ir a votar. También se especula con que exista un voto de castigo a los sindicatos mayoritarios que pactaron las reformas con el Gobierno y con que pueda aumentar el voto en blanco si los empleados son fieles a un sindicato y no quieren favorecer al rival.