LA SITUACIÓN EN RANILLAS

Luces y sombras de tres años de legado Expo

La Asociación Legado Expo Zaragoza presenta un informe en formato vídeo que recuerda el abandono de algunos emblemas de la muestra y su mal estado, como son el caso del Pabellón de España o el de Aragón.

Si hay algo de lo que suele quejarse la Asociación Legado Expo Zaragoza, colectivo que vela por la defensa de las herencias de la muestra, es de la desinformación que existe acerca de la situación, historia y gestión de los diferentes elementos que dieron vida a la exposición de 2008.


Por ello, y con motivo del tercer aniversario de la jornada de clausura, la asociación ha presentado un extenso informe en formato vídeo de 45 minutos en el que se desgranan las luces y sombras de este legado.




Buena nota obtienen apartados como las riberas del Ebro, el Palacio de Congresos –una vez superada la dejadez en alguno de sus instalaciones-, o el parque empresarial, tanto en su estado como en su proyección de futuro.


También se reconoce la labor realizada en el Pabellón Digital del Agua y su apuesta por las nuevas tecnologías, la apertura de la Caja Azul a todo el mundo a través de internet como parte del legado intelectual o el Parque del Agua, a la espera de solucionar el lunar que suponen los restos del apartahotel abandonado.


En el disco ámbar del semáforo se encuentran actuaciones como el Pabellón Puente, la Torre del Agua o el frente fluvial. De los dos primeros se destaca su importancia en la muestra y en la zona tras 2008, pero las dudas sobre el futuro que puedan darle sus nuevos propietarios, IberCaja y la CAI, siguen presentes. En cuanto a la zona peatonal donde se ubicaron las plazas temáticas, la asociación reconoce el buen estado actual –pese a los numerosos actos vandálicos sufridos- pero lamenta la pérdida de las citadas plazas.


Finalmente, el farolillo rojo se lo llevan el Pabellón de España, el de Aragón y la telecabina. Los dos primeros por su “desuso y abandono” por parte de las administraciones, que provocan desperfectos en su estructura y suponen dos de los mayores fracasos a la hora de dar vida útil al legado tras la Expo, mientras que el próximo desmontaje de las cabinas que unieron ambas orillas del Ebro no ha gustado nada a este colectivo.


Otros elementos como el puente del Tercer Milenio son analizados con buenos ojos en cuanto a su función, y no tan buenos en cuanto a su conservación.