TRANSPORTE PÚBLICO

Los usuarios critican la mala coordinación entre las nuevas lanzaderas de autobús y el tranvía

Asociaciones y vecinos acusan a los conductores de Tuzsa de no esperar a los convoyes para iniciar su recorrido. Las líneas 54, 55, 56 y 57 apenas llegan a los mil viajeros al día y tienen una ocupación muy baja.

Usuarios esperando el autobús
Los usuarios critican la mala coordinación entre las nuevas lanzaderas de autobús y el tranvía
ARáNZAZU NAVARRO

El tranvía llega a una marquesina. La lanzadera que luego debe acercar a sus casas a los vecinos de un barrio cercano espera en la parada. Y cuando los clientes se bajan del Urbos 3, el autobús inicia su recorrido, dejando a los usuarios en tierra esperando a que llegue la siguiente lanzadera. Esta situación, difícilmente explicable si no es por un error o despiste, se está dando con frecuencia las últimas semanas, según denuncian varios vecinos y las asociaciones de la zona, que critican la mala coordinación entre ambos medios de transporte.


Las líneas 54, 55, 56 y 57 se crearon cuando entró en funcionamiento el tranvía con el objetivo de acercar a las marquesinas del nuevo medio de transporte a los vecinos de Rosales del Canal, Montecanal, Valdespartera y Casablanca-Fuente de la Junquera, respectivamente. Son servicios que, por lo tanto, se deben coordinar perfectamente con el tranvía, para procurar coincidir en sus frecuencias y evitar, en la medida de lo posible, esperas innecesarias. Sin embargo, algo no está funcionando, según reclaman muchos vecinos.


Nacho del Corral, portavoz de la asociación Entrelagos de Rosales del Canal, critica directamente que «los conductores de Tuzsa están haciendo lo que quieren», e incluso vincula este fenómeno al conflicto que mantienen los trabajadores con la empresa por el convenio colectivo. «Los dos primeros días funcionaron perfectamente, la gente estaba encantada y nos llamaba para decir lo bien que iban las lanzaderas, pero últimamente estamos recibiendo muchísimas quejas», señala.


Del Corral apunta que «las lanzaderas tienen que estar al servicio del tranvía, no tiene ningún sentido que salgan vacías justo cuando está llegando una unidad. Hay veces que los conductores ven por el retrovisor que se acerca el tranvía y arrancan», lamenta. Opina que el trazado que tiene la lanzadera «es el más corto para llegar al tranvía», aunque critica que «las frecuencias podrían mejorarse», sobre todo «durante los fines de semana».


No es una queja aislada, ni mucho menos. Consuelo Andrés, de la asociación Los Sauces de Montecanal, dice que «muchas veces te están viendo que llegas corriendo y se van». «Cuando esto te pasa un día, y otro, y otro, deja de ser una casualidad. Ellos dicen que es porque les obligan a cumplir unos horarios, pero estas lanzaderas están para dar servicio a los usuarios del tranvía; si no, no tienen sentido», explica.


Esta situación, y la imposibilidad de salir de estos barrios de otro modo -salvo con el 41, que tiene una frecuencia muy baja- motivó el pasado sábado una manifestación de protesta en el centro protagonizada por los vecinos de estas zonas.


En Valdespartera tampoco son ajenos a estas quejas. Tomás Pellicer, portavoz de la asociación Los Montes, dice que la responsabilidad de esta mala sincronización es de los vehículos de Tuzsa, ya que «es más fácil coordinar el autobús con el tranvía que al revés», porque el bus puede esperar y enlazar con las unidades del Urbos 3. «Y no lo están haciendo», refleja.


«Las lanzaderas no están teniendo el éxito que se esperaba», dice Pellicer, algo que achaca en parte a estos fallos autobús-tranvía y, por otro lado, a «la baja frecuencia de la 41», que hace que muchos vecinos renuncien a ir hasta la parada de esta línea en la lanzadera 56. «Hay quien está volviendo a coger el coche, que es precisamente lo que se pretendía evitar», señala Consuelo Andrés.


Javier Anadón, presidente del comité de empresa de Tuzsa, se defendió ayer diciendo que ellos se limitan «a cumplir los horarios que nos marcan», y que el problema es de la compañía, que «tiene que ajustar las frecuencias». Fuentes de Tuzsa, por su parte, apuntaron que se ha colocado un inspector en la lanzadera 54 para coordinar bien los trasbordos y que mandan mensajes continuos a los conductores «apelando a la buena voluntad y al sentido común» cuando haya algún desajuste.



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